Nuevo intento para garantizar el futuro al centro de Feafes sin que sea la Junta la que se haga cargo del recurso. Tal y como confirmó este lunes la Junta de Extremadura, las Hermanas Hospitalarias, la única propuesta que se contempla como opción para no llegar a intervenir el centro, han presentado su propuesta al Sepad para gestionar el centro de Salud Mental. Ratifican este extremo también fuentes de la entidad, que reiteran que las negociaciones avanzan «a buen ritmo». No han trascendido detalles, por el momento, sobre la propuesta, es decir, si asumirá la deuda al completo que mantiene Feafes con proveedores y trabajadores, a los que les debe casi un año completo de sueldo. La opción anterior, que puso sobre la mesa Grupo 5, empresa con la que también negoció la administración pero con la que finalmente no fructificó el acuerdo, contemplaba abonar un 70% de esta deuda, que según estiman, está cifrada en 300.000 euros. 

El motivo por el que las negociaciones con Grupo 5 no llegaron a buen término está justificado en la burocracia. Después de que los socios votaran por la candidatura y la empresa presentaba su oferta al Sepad, el ayuntamiento, propietario de los terrenos en los que se encuentra el centro en Mejostilla, estimó que la normativa no les permitía ceder el solar a la entidad porque tenía ánimo de lucro. No ocurre esto con las Hermanas Hospitalarias, ya que es una congregación e institución asistencial católica sin ánimo de lucro, por tanto, este trámite no supondría ningún impedimento para que la entidad asumiera la gestión del centro. 

Según recogen en su web, la orden trabaja desde hace más de 135 años, en la acogida, asistencia y cuidado de personas con enfermedad mental, discapacidad intelectual y otras enfermedades. En la actualidad, gestionan cerca de 85 centros en 25 países repartidos por África, Asia, Latinoamérica y Europa. La orden cuenta con 1.000 hermanas y más de 10.500 trabajadores y voluntarios. La de la congregación es la última baza con la que cuentan los socios de Feafes antes de que la Junta de Extremadura complete el proceso de intervención que inició hace meses después de que valorara que la situación en la gestión del recurso era insostenible debido a la gran deuda que acumulaba. Tras este anuncio, la junta directiva y los socios celebraron una primera asamblea en la que la entidad quedó disuelta aunque esta decisión no fue reconocida debido a que la dirección argumentó que no cumplía con los requisitos establecidos en el estatuto.

En medio de ese limbo, los socios celebraron una nueva asamblea para estudiar las propuestas de las únicas dos entidades que se habían interesado por la gestión del centro, Grupo 5 y Hermanas Hospitalarias, la primera de las opciones logró más votos aunque no ha llegado a materializarse. A la situación de conflicto que protagonizan los socios se le une la que sufren también los trabajadores, que llevan meses sin percibir su salario. A lo largo de los últimos meses han organizado protestas e incluso un encierro semanal en el centro para visiblizar su problema y mostrar su hartazgo ante una situación que, según lamentan, nadie soluciona. También llegaron a viajar a Mérida al Sepad para trasladar su reivindicación al gerente José Vicente Granados, que llegó a atisbar una alternativa temporal para desbloquear varias nóminas correspondientes a los últimos meses pero hasta el momento no ha llegado a materializarse.