Es la última frontera, el ‘finisterre’ extremeño, pueblos españoles y portugueses separados por solo 13 kilómetros, obligados a dar un rodeo por carretera de más de 140 para poder seguir con sus tradicionales lazos familiares, comerciales... El único paso de Cedillo a Montalvao, la presa de Iberdrola en la confluencia de los ríos Tajo y Sever, solo permite dese 1995 el tránsito los fines de semana al considerarlo inseguro por la central hidroeléctrica. Parece una paradoja que ese año se firmara el acuerdo de Schengen, que liberaba las fronteras de la UE. Desde entonces, las barcas han sido la única forma de cruzar, generalmente a remo, muchas veces bajo la lluvia y en plenas crecidas. «Tiene más riesgo de lo que nosotros mismos queremos pensar», reconoce el alcalde de Cedillo, Antonio González.

El puente internacional que debería haberse levantado hace años por fin se atisba en el horizonte. Desde junio se tramita su construcción sobre el río Sever (frontera natural en esta franja) para acabar con la severa incomunicación de los pueblos de la Raya. Pero además facilitará un nuevo trayecto más rápido desde la capital cacereña, y en general desde la zona sur de la provincia, hacia las costas portuguesas de Peniche, San Martinho do Porto, Caldas da Rainha o Nazaré, las más cercanas y prácticamente en línea recta. Ahora ese trayecto dura unas 3 horas y 45 minutos.

Plano explicativo de la ubicación aproximada del nuevo puente, y del nuevo tránsito desde Cáceres al litoral luso. EL PERIÓDICO

El futuro puente, cuyo proyecto incluye 13 kilómetros de nuevas carreteras además del viaducto, permitirá ir desde el área de Cáceres por la N-521 hasta tomar la EX-374 que lleva a Cedillo, atravesar dicho puente y desde allí cubrir unos 40 kilómetros por Montalvao y Nisa hasta la autopista lusa A23, que es la que conduce a la costa atlántica.

Hasta ahora ese tránsito se viene realizando por Valencia de Alcántara, municipio que dista 17 kilómetros menos de la capital cacereña que Cedillo. Pero el estado de las carreteras de la parte portuguesa (Marvao, Castelo de Vide...) obliga a cubrir 50 kilómetros de forma lenta hasta alcanzar Nisa, y de allí otros 20 kilómetros hasta llegar a la autopista A23. De hecho, éste es el rodeo de unos 140 kilómetros que también deben hacer los residentes de la zona de Cedillo para ir justo al otro lado del río, a Montalvao.

La presa de Iberdrola en Cedillo solo permite pasar sábados y domingos. EL PERIÓDICO

Desde el pasado miércoles, el final del problema es solo cuestión de tiempo. Ese día se celebró un acto calificado de «ceremonia histórica». La Cámara Municipal de Nisa, que ha conseguido 9 millones de euros del Plan de Recuperación y Resiliencia europeo, firmó un convenio con el Ministerio de Cohesión Territorial de Portugal, que aportará la cofinanciación necesaria para hacer realidad el puente sobre el Sever. Unirá España y Portugal desde la localidad cacereña de Cedillo a la portuguesa de Montalvao, dando por fin respuesta a una reclamación tan legítima como necesaria.

La Diputación de Cáceres fue una invitada de honor a un evento que reconoció el papel de la institución provincial en un proyecto tan reclamado. «Se trata de un puente importantísimo porque permitirá transitar por una frontera natural que no está en absoluto aprovechada. Es la última frontera de la UE que queda por acometer. Además de comunicar los núcleos de la Raya, se abren grandes posibilidades para la zona que estimularán su desarrollo y favorecerán la afluencia de viajeros», explica el vicepresidente de la Diputación, Alfonso Beltrán, quien acudió a Nisa. En su opinión, el rodeo entre Cedillo y Montalvao (hora y media por carretera) «no es lógico, es una barbaridad».

«Se trata de una obra importantísima, permitirá transitar por una frontera natural que no está en absoluto aprovechada»

Alfonso Beltrán - Vicepresidente de la Diputación Provincial

Según Beltrán, al tratarse de fondos europeos existe un límite de ejecución, y se pretende inaugurar el puente en 2024. El vicepresidente recuerda que existen unos trabajos de campo previos realizados hace una década, «cuando la propia Diputación de Cáceres logró fondos europeos y el entonces equipo del PP no acometió la obra y tuvo que devolverlos», recrimina. Pero además, esta institución firmará un protocolo de colaboración con la Cámara de Nisa para apoyar en el asesoramiento técnico y para acondicionar la carretera de la red provincial que sirva de unión con el puente por la parte española. Si ese enlace se realizara por una vía autonómica o estatal, el presidente de la Diputación se ha comprometido a realizar las gestiones oportunas.

Beltrán insiste en las potencialidades que se abren: «Hablamos de una zona a ambos lado de la Raya que ha conservado la autenticidad en su patrimonio, sus tradiciones, su gastronomía, su naturaleza... Y eso es lo hoy busca el turista».

«Es de sentido común que la parte más occidental de Extremadura, incrustada en Portugal, se comunique con el país vecino»

Antonio González - Alcalde de Cedillo

La misma opinión que comparte el alcalde Cedillo, Antonio González, un veterano regidor que lleva décadas luchando por un puente de justicia. «Venimos reivindicándolo desde 1995, porque consideramos de sentido común que la parte más occidental de Extremadura, que está físicamente incrustada en Portugal, tenga una comunicación con el país vecino», declara. Solo hay que mirar en cualquier mapa los límites de Cedillo: Castelo Branco al norte; Nisa al oeste; Castelo de Vide al sur; y Herrera de Alcántara al este, única salida hacia España y única comunicación por tierra.

 «Hace quince años que un empresario de la zona me dijo que quería montar una gasolinera, pero no tendría sentido hasta que no hubiera un puente. Es solo un ejemplo. Quiero pensar que ha llegado el momento, que esta vez sí saldrá adelante, pero me lo creeré del todo cuando lo vea», afirma sonriente.

«Beneficiará a la eurorregión del Alentejo, Portugal Central y Extremadura, con más de 3 millones de personas»

Ana Abrunhosa - Ministra de Cohesión Territorial de Portugal

Antonio González, que acudió invitado a la ceremonia de Nisa, es consciente del flujo de personas que atraerá el viaducto por Cedillo, todo un sueño para un pueblo que tira de remos cada vez que quiere cruzar a Portugal. «Cuando vamos a cualquier gestión administrativa, nos recogen con un vehículo al otro lado, luego de atravesar el cauce. El regreso es similar, a veces en condiciones lamentables», se sincera.

El Tajo discurre por esta frontera hispanolusa que sufre la incomunicación.

De momento las perspectivas son las mejores. La propia ministra de Cohesión Territorial de Portugal, Ana Abrunhosa, explicó en Nisa que el puente internacional «beneficiará» a la Eurorregión EUROACE (abarca el Alentejo, Portugal Central y Extremadura), donde viven «más de tres millones de personas, lo que equivale al 6% de la población peninsular», destacó. 

El otro gran enlace por Monfortinho, sobre la mesa

La 32ª cumbre luso-española se celebrará el 28 de octubre en Trujillo. En ella se abordará otro de los enlaces rayanos decisivos para la provincia de Cáceres: la conexión por autovía entre la A23, que pasa por la ciudad portuguesa de Castelo Branco, y la autovía extremeña EX-A1, que nace en Navalmoral de la Mata y muere de momento en las inmediaciones de Moraleja. La Junta de Extremadura siempre ha dicho que acometerá los 18 kilómetros que faltan entre Moraleja y la frontera (por Monfortinho) cuando Portugal haga lo propio, y ahora los planes rodoviarios lusos ya contemplan esos 54 kilómetros entre Castelo Branco y Monfortinho. Sería además la segunda gran autovía que uniría Madrid con Lisboa.