Los puntos limpios en estos momentos no funcionan. «A los cuatro días se llenan de distintas basuras y ya no sirven para su objetivo», reconoce el vicepresidente segundo de la Diputación de Cáceres, responsable del área de Medio Ambiente y Transición Ecológica. Una razón por la que la institución ha decidido poner en marcha una gestión integral de estos espacios, de modo que su uso sea el adecuado y los residuos puedan efectivamente destinarse a reciclaje.

«Nuestro propósito consiste en crear un servicio provincial de puntos limpios, que permita recoger recursos voluminosos, baterías, radiografías, otros materiales sensibles y contaminantes...», indica Alfonso Beltrán. El tema ya ha sido expuesto a la Junta de Extremadura para que el nuevo Consorcio MasMedio, creado por la Diputación, pueda responsabilizarse de los que ya están construidos y crear a su vez nuevos puntos, con un tratamiento integral a través de una empresa especializada. Se trata de un sistema pionero.

La Diputación de Cáceres ya tiene un primer avance de los nuevos puntos, que serían doce, distribuidos de la siguiente forma: Gata-Hurdes (2), Valle del Alagón (2), La Vera (2), Cuatro Lugares (1), Siera de San Pedro (2), Ibores-Jara (1) y Sierra de Montánchez-LLanos de Cáceres (2). La intención es que, unidos a los ya existentes, haya entre 3 y 4 por comarca de modo que los residentes puedan desplazarse sin problemas.

Pero además, el Consorcio MasMedio se encargará de la recogida de los residuos sólidos urbanos de los municipios para garantizar su correcta gestión a través de empesas especializadas, en aquellos pueblos que así lo soliciten, dados los problemas que existen en este área. Ya ha adjudicado dos contratos, uno de gran envergadura en la comarca de Tajo Salor y otro en La Jara. También se está realizando el estudio económico para otras dos zonas: Riberos del Tajo y Ambroz.

Cabe recordar que el Consorcio MasMedio nace sin ánimo de lucro, con la pretensión de salvaguardar el medioambiente de la provincia (aguas, vertidos, residuos...), ya que los distintos municipios, muchos con poca población y capacidad, «estaban desamparados en estos aspectos, cada uno hacía lo que podía, de modo que la provincia era una especie de reino de taifas que necesitaba una organización al respecto», concluye Beltrán.