"El parque temático para turistas va viento en popa". Esta es la valoración que hace la asociación de vecinos del casco histórico sobre los futuros proyectos que pretenden instalarse en el entorno de la ciudad monumental como el museo del Madruelo o el hotel de lujo de Godoy y el anuncio, esta semana, de la marcha de la Escuela de Arte Dramático de San Jorge al centro, una decisión que si finalmente se materializa, hará desaparecer de la zona otro recurso que no es un museo o un negocio de hostelería. En el interior de la muralla se mantienen, de momento, la filmoteca, la sede central de la diputación o el comedor de las Hijas de la Caridad.

«Estamos viendo cómo poco a poco la administración aprovecha para colocar sus piezas», defiende en relación a la decisión de la Junta de llevar al completo la Esad al hospital Virgen de la Montaña, una noticia que no se ha desvelado hasta que se ha hecho pública la licitación del plan director y un anuncio con el que el ayuntamiento se ha mostrado conforme, ya que aplaude la intención de la consejería de querer convertir el antiguo hospital provincial en un «edificio multidisciplinar». 

Al respecto, Honrado sí reconoce la problemática de accesibilidad de la zona que puede haber motivado el traslado de la Esad pero pide a las instituciones que se ofrezcan alternativas de uso local para este tipo de inmuebles porque la tendencia en los últimos años es que se dirija «todo al turismo». «La administración no piensa en los residentes, nos dan palmaditas pero a día de hoy no ha habido la mínima acción que se destine a los vecinos, no queremos la ciudad solo para nosotros si no que exista un poco de protección para evitar que nos tengamos que ir», sostiene. 

En relación al proyecto del Madruelo, que también vio avances recientemente, ya que se licitó el derribo del edificio para la construcción de un museo, Honrado critica que la fundación privada que gestionará el futuro inmueble no tenga la intención de hacer compatible su uso como museo con otros para los residentes. También se pronuncia sobre el futuro hotel de lujo de Godoy. Ve comprensible que tenga que ser una entidad privada la que se haga cargo de su restauración porque «es la única manera de que se pueda rehabilitar», pero lamenta que de nuevo sea una iniciativa enfocada a los visitantes y como añadido, se queja de que en el proyecto no se incluyan aparcamientos para los 70 clientes que se alojarán, ya que uno de los problemas del casco histórico es la escasez de zonas para aparcar. 

En esa línea, saca el debate sobre la gentrificación y avanza que en la ciudad «empieza a asomar» aunque expone que de momento se puede combatir. «Estamos a tiempo, no se podrá actuar cuando esté en su punto álgido», apunta. Para defender esta postura pone como ejemplo la realidad de la venta de viviendas en la zona. «Si das un paseo por las inmobiliarias la mayoría de las casas que se venden en el casco histórico tienen el gancho de ‘ideal para alojamiento turístico’ y eso es una consecuencia directa de orientarlo todo al turismo, ¿queremos un espacio donde haya gente viviendo o queremos un espacio en el que haya solo gente de paso?», concluye.