DISTINCIÓN A UNA LARGA TAYECTORIA

Reconocimiento a Antonio Manuel Oliva

Notario y registrador de la propiedad, autor de numerosas publicaciones, ha recibido la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort

Antonio Manuel Oliva Rodríguez, notario y registrador de la propiedad.

Antonio Manuel Oliva Rodríguez, notario y registrador de la propiedad. / CEDIDA

REDACCIÓN

Antonio Manuel Oliva Rodríguez, de profundos vínculos con Cáceres y Extremadura, que durante largos años ha desempeñado su carrera como notario y registrador de la propiedad, ha recibido de manos de la ministra de Justicia, Pillar Llop Cuenca, la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort. Esta condecoración fue creada por Real Decreto el 23 de enero de 1944 (festividad de San Raimundo, patrono de los juristas), «para premiar los relevantes méritos contraídos por cuantos intervienen en la administración de justicia y recompensar los distinguidos en el cultivo y aplicación del estudio del Derecho en todas sus ramas».

Antonio Manuel Oliva Rodríguez, nacido el 12 de febrero de 1948, cursó sus estudios en el Colegio San José de Villafranca de los Barros. Una vez terminado el Bachillerato con excelentes calificaciones, inició la carrera en Deusto en 1965, completando con calificación de sobresaliente la Reválida el 3 de julio de 1970 ante un Tribunal del Estado. En 1974 aprobó las Oposiciones al Cuerpo de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España, y tan sólo un año después, en 1975, también superó las Oposiciones al Cuerpo de Notarios.

Desde entonces, compagina su desempeño profesional con la preparación de alumnos para oposiciones, la publicación de libros y escritos, y la ocupación de cargos colegiales. Comenzó su trayectoria como registrador en Villalba (Lugo), para ser poco después nombrado Notario de Castellote con convenio en Alcañiz. Volvió al Cuerpo de Registradores en Sepúlveda-Riaza, destino que dejó en 1979 para marchar al Registro de la Propiedad de Baeza, donde fue miembro fundador de su universidad de verano. Posteriormente fue nombrado Registrador de la Propiedad de Móstoles, cargo que ocupó durante 28 años. Finalmente, en 2013, se trasladó al Registro de la Propiedad número 1 de Madrid, donde, cinco años después, se jubiló como registrador.

Su trayectoria profesional también estuvo siempre dedicada a la redacción y publicación de estudios y artículos en el Boletín del Colegio de Registradores y en la Revista Crítica de Derecho Inmobiliario, entre otros espacios. De entre sus numerosos estudios publicados ("El retorno a los principios hipotecarios" o "Reflexiones acerca del principio de legalidad"), destaca el libro “Los regímenes económico matrimoniales del mundo”, publicado en febrero de 2018. Esta última obra antes de su jubilación, que ha agotado tres reimpresiones, y cuyo éxito ha precisado en la actualidad de una cuarta, se puede encontrar en más de una veintena de universidades españolas, y en las bibliotecas jurídicas más prestigiosas del mundo, como son las del Congreso de los Estados Unidos, la Universidad de Yale o la Sorbona.

Con posterioridad a su jubilación sigue trabajando arduamente en la publicación de escritos. Fruto de este trabajo es el reciente libro "Los regímenes sucesorios del mundo", obra de dos volúmenes y de casi dos mil páginas de extensión que completa la anterior, y que le convierte en el primer jurista, junto con sus otros dos coautores, en recopilar en la Historia del Derecho una materia tan compleja en los 194 Estados que gozan de reconocimiento por parte de la Comunidad Internacional.