entrevista al mandatario provincial | Miguel Ángel Morales Presidente de la Diputación Provincial de Cáceres

"En este momento conmigo que no cuenten en ninguna lucha para suceder a Vara"

Nació en Cáceres el 22 de junio de 1963. Y en esta vorágine de cambios ha cumplido 60 años haciendo realidad uno de sus grandes anhelos: ser presidente de la diputación. El también secretario general de los socialistas cacereños, de Cedillo de corazón y licenciado en Derecho, tiene una amplia experiencia política en la institución, a la que llegó en 1999. Si hay algo que lo distingue es la lealtad, por eso Miguel Ángel Morales no duda en defender, en este momento, el "liderazgo único" de Vara al frente del PSOE extremeño

Miguel Ángel Morales, presidente de la Diputación Provincial de Cáceres, esta mañana en la Galería de Presidentes del Palacio Provincial posa para este periódico.

Miguel Ángel Morales, presidente de la Diputación Provincial de Cáceres, esta mañana en la Galería de Presidentes del Palacio Provincial posa para este periódico. / Carla Graw

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

-¿Qué tal se encuentra?

-Bien. Con mucha ilusión. Después de haber estado trabajando en la diputación unos cuantos años, como vicepresidente, portavoz incluso en la diputación, éste es un nuevo reto. Hay muchas posibilidades de que las cosas salgan bien. Vamos a poner todo en el asador para que tengamos una buena legislatura.

-Usted entró en 1999 como diputado.

-Así es. Entré como diputado de a pie. Aquel año fue convulso. Pilar Merchán era presidenta y al marcharse entró Antonio Caperote y luego le sucedió Juan Andrés Tovar. Ahí tuve ya más responsabilidades hasta que en 2011 el PSOE perdió las elecciones y me quedé en la oposición y ahora estoy aquí, como presidente.

-Ha sido una anhelo quizá.

-Anhelo, no. No había pensado volver a la diputación. En 2015 tuve la oportunidad de ser presidente, pero entendía que había que darle un giro radical y propuse que viniera Charo Cordero como presidenta. Charo me acompañó como portavoz adjunta en los cuatro años de oposición y pensé que era el momento de que una mujer cambiara la dinámica y que diera otra impronta a la diputación. Se lo dije a ella un año antes de que acabara la legislatura: 'Si ganamos las elecciones, tú vas a ser la presidenta'. Ella se quedó sorprendida y la verdad es que no me arrepiento porque Charo ha marcado una época y ahora es un referente: alcaldesa de un pueblo pequeño que supuso una pauta; y en esa senda tenemos que seguir.

-En su discurso de investidura habló de la necesidad de poner más guarderías y menos centros de mayores en la provincia. Un simil con la despoblación.

-Como diputación no tenemos competencias para crear guarderías o residencias, nosotros ayudamos, colaboramos con los ayuntamientos, con la Junta, con las mancomunidades... Mi mensaje tenía más que ver con un reto: si fuéramos capaces de construir más guarderías que residencias de mayores eso querría decir que el problema más grande que tiene la provincia, que es la despoblación, ya estaría solucionado, porque habría mucha gente joven, muchos niños. Nuestro objetivo es: ¿cómo lo afrontamos? Queremos que todos los municipios tengan algo que sea atrayente para inversiones, facilitar la digitalización para que cualquier empresa pueda instalarse, que las empresas privadas creen riqueza en los municipios porque las administraciones estamos para facilitar, para que empresarios y empresas sean cauce y tengan viabilidad y futuro. Y la diputación es una institución potente y solvente para ello. Es prácticamente imposible pensar que un municipio de 300 habitantes, a 120 kilómetros de Cáceres tenga las mismas oportunidades de Cáceres, Plasencia o Navalmoral, pero al menos que haya alternativa posible en el ámbito del turismo, de la ciberseguridad... Ya no es necesario estar físicamente en una ciudad, existe el teletrabajo, y de hecho con la pandemia se ha demostrado. Conozco a ingenieros aeronáuticos que están trabajando desde municipios de La Vera trabajando para Airbus, aunque tengan que viajar puntualmente a París o a Londres. Creo que ahora, más que nunca, hay oportunidades para que nuestros pueblos sean viables. La diputación tiene que tener la suficiente imaginación para posibilitar que aquello que sea viable instalar para que la población no disminuya, lo vamos a hacer.

-¿Le preocupa el pacto PP-Vox en Extremadura?

-Me preocupa. Siempre he dicho que este país y la democracia funcionaban bien cuando había dos partidos institucionalmente respetados, con una ideología obviamente diferente entre uno y otro, y luego me preocupa que algunos vengan a inventar lo que está inventado. Me preocupa, obviamente, el destino de la Junta de Extremadura, porque escuchando las palabras de la futura presidenta, dijo una cosa y luego otra y luego la contraria. Era primero su palabra, ahora su palabra no vale para nada, era su palabra frente a los intereses de los extremeños... en fin. Y luego me preocupa Vox, que viene a los tiempos del blanco y negro. Me parece una barbaridad que un partido que hasta ahora ha contribuido a la estabilidad de la democracia, con sus más, sus menos, sus fortalezas y debilidades como es el Partido Popular, se eche en manos de un partido como Vox, de extrema derecha, que está poniendo en cuestión muchos de los derechos conseguidos, que nadie cuestionaba. Me parece una barbaridad auténtica lo que está pasando en la Comunidad Valenciana, con agresiones, insultos, descalificaciones... Que el PP entre en esa vorágine es una atrocidad. O lo que un concejal de Vox en Mérida dijo en un pleno sobre la bandera LGTBI comparándola con la de los pedófilos, que es cuasi delictivo lo que dijo ese personaje. Y yo pensaba que el PP era serio y sin embargo lo está avalando porque no he visto a nadie que desmienta eso. Me preocupa por la libertad, por los derechos, por los trabajadores, por cantidad de logros y conquistas sociales, que cada une ore, rece y ame a quien quiera. La gente puede votar a quien le dé la gana en el respeto que le debemos a la democracia, pero hay unas líneas rojas que no se pueden traspasar, y Vox está traspasando todas las líneas rojas y Feijóo y Guardiola le están poniendo la alfombra roja para que esta gente gobierne.

-Ha dicho que Guardiola dijo una cosa y luego la contraria, pero Vara también hizo lo mismo.

-No. Son cosas diferentes. El Partido Socialista ganó las elecciones. No ganó con el resultado esperado, pero ganó, y es una cuestión indiscutible. El PP y María Guardiola pedieron las elecciones. Aquella noche Guillermo salió y salió fastidiado porque él no esperaba el resultado. Planteó que había dos partidos perdedores, PP y Vox, que sumaban mayoría, y que estaríamos a la espera. María Guardiola salió como ganadora, mintió. Salió días posteriores diciendo que jamás pactaría con Vox porque iba contra los machismos, la homofobia y los inmigrantes, mintió porque ella también había protegido a un alcalde que está condenado en sentencia firme por maltratar a su exmujer.

-Se refiere al de Malpartida de Cáceres.

-Claro, claro. No presentó lista en Malpartida para que este señor y este partido independiente ganara las elecciones, y eso todo el mundo lo sabe. Lo protegió. La teniente alcalde de ese municipio está en la Asamblea de Extremadura por el PP, es teniente alcalde de este alcalde condenado por maltrato. Por lo tanto, Guardiola mintió. Guardiola salió con algo muy bonito que algunos progresistas le compraron, pero estaba mintiendo. Y luego se ha demostrado que aquello que dijo no valía para nada. Simplemente, fue quedar bien de cara a la galería, pero lo que realmente quería era pactar con Vox. Y de hecho pactaron con Vox solemnemente. Firmaron. Y está defendiendo a un concejal de Mérida, defendiendo las barbaridades de Valencia, al machismo, al maltrato, a aquellos que no reconocen el maltrato. Ha perdido toda la credibilidad política. Y lo sensato hubiera sido haber dimitido. Le va a perseguir toda su vida su falta de coherencia.

-¿Y Vara, qué debería hacer?

-Guillermo puede hacer lo que entienda él. Se tiene ganado el derecho a elegir su futuro como quiera. Nadie que yo conozca del Partido Socialista, y soy miembro de la ejecutiva regional, cuestiona su liderazgo. Puede quedarse, irse, lo que quiera. Y hoy por hoy no hay nadie con capacidad suficiente para asumir en este momento el liderazgo. Una vez que Guillermo decida, tendrá mi apoyo. Tiene mi lealtad absoluta y la de la provincia de Cáceres y va a tener la lealtad con la decisión que adopte.

-Pero su homólogo en la Diputación de Badajoz dijo: «Vara debió dar un paso atrás para dejar un proyecto más ilusionante».

-No estoy aquí para interpretar las palabras de Miguel Ángel Gallardo, amigo personal y compañero de partido. Yo escuché aquel audio y él estaba hablando en un plano algo más personal, diciendo que Guillermo no se merecía el resultado que tuvo. Nunca entendí de las palabras de Miguel Ángel: 'Oye, ya acabó', sino que Guillermo se había comprometido siempre con Extremadura a pesar del riesgo que corría. Lo que sí reitero es que Guillermo va a tener nuestra lealtad, porque además se lo tiene ganado. Hemos ganado las elecciones y hay un pacto de perdedores para intentar echarlo, por tanto tiene la legitimidad para hacer lo que entienda mejor para él y para Extremadura.

-Parece claro, en cualquier caso, que hay un debate interno y externo sobre su recambio, incluso una lucha.

-En este momento, sinceramente, no hay ninguna lucha. En este momento conmigo que no cuenten para que haya ninguna lucha para suceder a Vara. Cuando Guillermo diga lo que tenga que decir yo haré lo que entienda mejor para la organización, pero en este momento reconozco sólo a un líder y a un secretario general, que es Guillermo Fernández Vara.

-Usted siempre ha sido un hombre leal.

-Sí. Leal con las personas y con el partido.

-Ya lo demostró con la expresidenta de la diputación Pilar Merchán. Ahora lo está demostrando con Vara. Eso le honra.

-Sufrí con Pilar lo indecible. Era mi secretaria general, la presidenta de la diputación, y estuve a su disposición hasta que ella quiso. Estuve en un lado en las primarias a nivel nacional en 2014. Opté por Eduardo Madina y no ganamos. Apoyé a muerte al secretario general, como debe ser, porque el partido no es mío ni de Vara ni de Sánchez ni de Felipe ni de Ibarra ni de Alfonso Guerra; el partido es de la militancia y de la cantidad de gente que confía en nuestro partido, en una forma de entender la vida; confía en una formación que tiene 144 años. Todo ese compendio, esa suma de ilusiones, es lo que debemos respetar. Cuando hay un líder apoyado hay que apoyarlo hasta el final, hasta que él quiera porque se lo ha ganado. Y cuando no esté, entre todos nos pondremos de acuerdo en elegir uno. Eso de 'quítate tú para ponerme yo' nunca lo he entendido. Y algunas veces no he estado en el lado de los ganadores, pero acabado el proceso, a muerte con el que la mayoría ha elegido. Esto es como la democracia: a mí me va a doler en el alma el nuevo gobierno, pero es un gobierno legítimo.

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