La Montaña se prepara para su año más intenso en un cuarto de siglo

Diez días después de las elecciones celebradas con el fin de renovar la junta de gobierno de la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Montaña (Cáceres), que ganó Joaquín Manuel Floriano Gómez (Cáceres, 1961), avanzan los trámites para hacer efectivo el relevo. El pasado miércoles se entregaron en el Obispado de Coria-Cáceres las actas del nuevo nombramiento por parte del cabildo extraordinario en el que se desarrollaron los comicios (29 de junio). Pocas horas después, la elección fue ratificada por el propio obispo, Jesús Pulido. Y a partir de ese momento, el ya mayordomo tiene siete días para comunicar oficialmente el listado de quienes integrarán la próxima junta de gobierno.

El nuevo equipo ya ha mantenido un primer encuentro pero prefiere esperar a que concluyan los trámites pertinentes para ponerse oficialmente en marcha. «Me gusta respetar los tiempos», subraya Joaquín Floriano. En cuanto todo esté resuelto, comenzarán a trabajar sin pausa puesto que la cofradía afronta su año más importante desde hace un cuarto de siglo: el Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Montaña, que tuvo lugar el 12 de octubre de 1924. Una efemérides para la que ya se ha concedido la celebración de Año Jubilar, que arrancará el próximo 12 de octubre de 2023.

De hecho, los primeros actos que se prevén serán religiosos, encaminados lógicamente a obtener los beneficios espirituales vinculados al Año Jubilar. También, tras el verano, se espera una eucaristía presidida por el obispo a modo de toma de posesión de la nueva junta de gobierno, en la que se impondrán las medallas a los directivos. A medida que se aproxime el nuevo año, y sobre todo a lo largo del mismo, «desarrollaremos una cadena de actos culturales, deportivos, de todo tipo», avanza Floriano.

«Somos ambiciosos en el buen sentido, porque las ganas de hacerlo bien y la ilusión por una fecha tan señalada están ahí. Antes tenemos que ver en qué situación real se encuentra la cofradía y desde ese momento empezar a dar los pasos hacia el centenario». De hecho, tras su ratificación como mayordomo, una de las primeras medidas será la creación de una Comisión Episcopal para el Año Jubilar entre la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Montaña y el Obispado de Coria-Cáceres, que expondrán sus propuestas al respecto.

«Queremos preparar un programa ilusionante, completo. Estas conmemoraciones, o se hacen a lo grande, o no se hacen», declara Joaquín Floriano. Por encima de todo, afirma, «es una obsesión de la directiva organizar un centenario muy participativo». Y lo explica: «con lo que se ama y con lo que se siente a la Virgen de la Montaña en Cáceres, se tienen que implicar no solo las instituciones, sino prácticamente toda la ciudad. En definitiva, la sociedad cacereña con sus colectivos y asociaciones, por la ilusión que supone lo que significa la patrona».

Y es que Joaquín Floriano vivió en primera persona los fastos del 75 aniversario de la coronación, cuando se desarrolló un programa bastante amplio y completo en el que él mismo intervino directamente como secretario de la junta de gobierno, entonces encabezada por el cardiólogo Jesús María Larrazábal. Estuvo presente en todos los comités y da fe del trabajo que se hizo entonces. «Vamos a tener como referencia ese 75 aniversario, lo que a la vez nos obliga a igualarlo e incluso mejorarlo, porque estamos hablando de un centenario y ésas ya son palabras mayores», reconoce.

Así fueron los fastos

La conmemoración del 50º y el 75º aniversario de esta fecha colmó la agenda de Cáceres. En el cincuentenario, en la jornada central, la imagen llegó desde Santa María escoltada por una escuadra de gastadores de la Policía Armada, ante una cerrada ovación. Veintisiete sacerdotes y el obispo Llopis Iborra concelebraron la misa junto al Nuncio de Su Santidad, monseñor Dadaglio, quien presidió los actos centrales ante 10.000 personas congregadas en la plaza (Cáceres rozaba los 60.000 habitantes). En el regreso al santuario, la imagen levantó «un flamear de pañuelos y vivas en las calles, piropos y peticiones de favores», recogía el PERIÓDICO EXTREMADURA.

Ya en el 75º aniversario de la coronación (1999), la procesión de bajada se celebró el 2 de octubre completamente abarrotada de público, seguida de un solemne quinario presidido por cinco obispos y diversos cultos. La concatedral se mantuvo llena hasta el 12 de octubre, jornada de misa pontifical. Hubo exposiciones, teatro, ópera, lírica, conciertos corales, bandas, actuaciones folk, recitales flamencos y conciertos pop y rock de los grupos cacereños más representativos. A su regreso al santuario, se estrenó el templete regalado por el pueblo.

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