El alcalde, Rafael Mateos, anunció este viernes que el tipo impositivo del IBI urbano, que es el que pagan la mayoría de los contribuyentes, pasará en el ejercicio de 2024 del 0,75% del valor catastral al 0,73%, es una rebaja del 2,6%. Más que el efecto de esta reducción, que estará entre los 7 y los 15 euros por recibo (dependiendo siempre de valor catastral del bien inmueble), el anuncio hay que interpretarlo como que el regidor quiere dejar claro que llevará a la práctica sus compromisos en fiscalidad desde el primer presupuesto. En el IBI rústico, con menor incidencia en las arcas locales y en los contribuyentes, el tipo impositivo pasará del 0,90 al 0,88.
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La entrada en vigor de esta rebaja requiere de un acuerdo entre PP y Vox. Para aprobar la reducción de los tipos impositivos del IBI urbano y del rústico, el gobierno del PP necesita el voto de Vox, ya que lo más probable es que los grupos municipales del PSOE y de Unidas Podemos se opongan, dado que ambos apoyaron en la pasada legislatura la subida que ahora se quiere revertir.
Los contactos entre PP y Vox se iniciaron el pasado jueves, cuando el concejal de Hacienda, Ángel Orgaz, trasladó al grupo municipal de Vox la propuesta. Mateos confió este viernes en que Vox "apoye una medida que es buena para la ciudad" y recordó que la rebaja de la presión fiscal es una promesa que Vox lleva en su programa.
El portavoz de Vox, Eduardo Gutiérrez, comentó este viernes que la predisposición de su grupo es buena para llegar a un acuerdo, "no nos parece mal todo lo que sea una reducción de los impuestos", pero añadió que la decisión sobre el respaldo a la bajada del IBI en los porcentajes que propone el gobierno se tomará una vez que se tenga el borrador del presupuesto de 2024 para, tras ver qué efectos tiene la reducción tributaria en los gastos, resolver si es posible alguna medida más para recortar la presión fiscal y el tipo del IBI.
Hoteles y naves industriales
La pretensión del gobierno local es revocar la subida del IBI que se aprobó en la anterior legislatura, entonces se incrementó un 7% para la mayoría de los contribuyentes al pasar el tipo impositivo del 0,70 al 0,75% del valor catastral del inmueble. Pero de esta revisión aprobada en 2021 destacó que el impuesto subía hasta un 42% a los propietarios de bienes inmuebles no residenciales con un valor catastral superior a los 350.000 euros; es decir, principalmente a naves empresariales y a hoteles.
A éstos últimos se les aplica un tipo impositivo del 1% desde la subida que se aprobó en 2021. La rebaja del impuesto para estos contribuyentes no se afrontará hasta 2024, según adelantó Mateos. Esto, en circunstancias normales, significa que no se notará hasta los recibos de 2025, aunque el regidor expuso este viernes que se intentaría "aplicar con efectos retroactivos" para que esté en vigor en las cuotas de 2024.
La participación en los tributos del Estado
Mateos justificó que no se haya sido ahora más ambiciosos porque no se tienen todavía todos los datos para conformar el presupuesto de 2024, falta que el Ministerio de Hacienda comunique el importe de las entregas a cuenta que hará todos los meses por la participación del Ayuntamiento de Cáceres en los impuestos estatales y en el fondo complementario de financiación. Esta aportación es fundamental para las arcas locales ya que es, tras el IBI, el principal ingreso que tiene el ayuntamiento.
Otra información que se desconoce es cómo quedarán las reglas fiscales en 2024 y el techo de gasto. Desde el covid ha habido más flexibilidad en la aplicación de los mismos y esto puede cambiar a partir de 2024.
Recorte o ajuste de gastos
De momento, la reducción del tipo impositivo del IBI urbano un 2,6% recortará los ingresos del ayuntamiento en el presupuesto de 2024 en torno al medio millón de euros, según precisó Mateos. Esta pérdida se puede compensar por dos vías: una mayor aportación de ingresos por la participación en la tributación estatal o recortando gastos.
Entre estos últimos solo hay dos opciones: gastos corrientes (servicios, transferencias, participación en consorcios, subvenciones...) o inversiones. Ni las amortizaciones de operaciones de préstamos, ni los gastos financieros ni los costes de personal se pueden reducir (estos últimos requerirían antes un acuerdo en la mesa de negociación).
Mateos no especificó qué gastos se tocarían, solo dijo que de cara a la elaboración del presupuesto de 2024 "se será escrupuloso en el gasto y eficiente en la distribución de los recursos, cuando tengamos el presupuesto se verá que es factible cuadrarlo bajando la fiscalidad".
Otras medidas fiscales que se quieren afrontar a partir de 2024 son la aplicación de la bonificación en el IBI para la instalación de placas fotovoltaicas, medidas a favor de empresarios y hosteleros (la bajada del tipo del 1% en el IBI), la fiscalidad en las pedanías y la revisión de las ordenanzas fiscales y lo que se paga por las tasas.
Hace ya una década que no se afronta una revisión general de las ordenanzas fiscales, la última vez fue durante el primero de los mandatos de Elena Nevado, entonces esta actualización del coste de los servicios llevo al incremento de algunas de las tasas (el fin de las mismas es costear el precio total del servicio). Mateos aseguró que las tasas se ajustarán a los costes de los servicios, que se intentará que sea a la baja y que no se pretende que con las mismas «se genere nueva recaudación para tapar el agujero del IBI». Una de las tasas que se tendrá que reformar es la de la basura por la aplicación, a partir de abril de 2025, de la ley de residuos y suelos contaminados. Tiene que reflejar el coste real y en el caso de Cáceres puede haber una subida al ser mayores, según se indica en la ley, los conceptos que entran dentro de la tasa. A esto se suma que con la nueva concesión los costes, solo por la renovación de maquinaria, serán mayores.