La mirada

Filosofía en tiempo de Pascua

Imagen de la procesión del Encuentro en la plaza Mayor de Cáceres.

Imagen de la procesión del Encuentro en la plaza Mayor de Cáceres. / Lorenzo Cordero

Después de la resurrección tuvieron que pasar «cositas» porque las narraciones de los acontecimientos de entonces ya sean procedentes de los evangelios o no, nos cuentan unas situaciones que ponen de manifiesto la realidad de entonces.

Simeón y Cleofás vuelven camino de Emaús, su pueblo, completamente dispuestos a comenzar sus ocupaciones de siempre, y que habían dejado para seguir la llamada del galileo que los había convencido con lo que les decía y cómo lo decía. Estaban convencidos que su decisión era buena, pero el cierre del sepulcro con el cuerpo de Jesús dentro, le había echado abajo todo lo que ellos esperaban, no había nada que hacer, estaban decepcionados y tenían que volver a lo anterior.

Los dos discípulos anteriores no sabemos el tiempo que pasaron al lado de Jesús, quizá su proceso de formación no fue demasiado largo. Puede ser. Pero es que Tomás, uno de los doce, que estuvo con Jesús desde el principio, y por lo tanto, había escuchado y visto todo lo que Jesús había dicho y hecho, una vez pasados los sucesos de la primavera del treinta y tres, cuando los demás le dicen que han visto al Señor, el Mellizo les contesta con una frase que parece dicha veinte siglo más tarde, «si no lo veo no lo creo».

Por esto, decía al principio, que después de los sucesos del Gólgota tuvieron que pasar cosas ante las cuales hay que situarse en otra dimensión. Como el tema es complicado dejamos esta reflexión para otro momento.

¿Qué os parece la respuesta de Tomás?, ¿se está adelantando a su tiempo?, quizá es que lo que plantea es algo tan viejo como la vida misma. No es que quiera yo dar ningún disgusto a nadie, pero eso de aceptar como real únicamente aquello que se ve, se cuenta, se pesa o se mide, ha existido siempre y no solo los últimos tres siglos. La duda de Tomás es algo presente en toda persona religiosa, la asume, la acepta, vive con ella.

La relación fe-razón es un planteamiento que aparece en los estudios filosóficos y ha dado pie a una producción literaria amplia, interesante y muy complicada para la mayoría. Este debate no siempre ha estado exento de situaciones conflictivas y ha dado lugar a planteamiento radicales.

Sea como fuere, lo cierto es que es posible que en nuestra vivencia religiosa muchas veces nos identifiquemos con el amigo Tomás.

¡Feliz Pascua!