investidura fallida

Ahora, sí, señor Feijóo

Feijóo tras la votación de la investidura.

Feijóo tras la votación de la investidura. / EL PERIÓDICO

Francisco Martínez Bulnes

Núñez Feijóo no iba a superar el examen de su investidura, se daba por asumido desde la misma noche del pasado día 23 de julio tras el recuento de votos. 

Los 137 escaños conseguidos no albergaban ninguna esperanza de cambiar el rumbo político aún sumando los votos de Vox, UPNy Coalición Canaria. Desde aquella misma noche de vítores y aplausos ante la sede central del Partido Popular, hasta la misma víspera de su investidura, el señor Feijóo no ha dejado de intentar, por todos los medios, conseguir los cuatro votos necesarios para conseguir la mayoría suficiente para gobernar. 

Pensaba y confiaba Feijóo, que podría encontrar algún diputado con alguna moralidad ajena a la deriva que está tomando Pedro Sánchez, entregado al chantaje de los independentistas vascos y catalanes. Después de una exposición programática y de unas réplicas intentando disuadir a sus oponentes más cercanos de lo negativo que sería otro Gobierno en manos de los que quieren separarse de España, los cinco votos necesarios, no llegaron; pero Núñez Feijóo dejó en el hemiciclo una magistral lección de hombre de estado ante las atónitas miradas de unas señorías que quedaron retratadas por un discurso claro y directo. 

Una vez que Núñez Feijoó disipó la esperanza de la no sorpresa tras el no rotundo del PNV, se empleó contundente y sin tapujos. Les dio a cada uno lo suyo sin perder, en ningún momento, las formas y el respeto a diferencia del comportamiento de un Pedro Sánchez, huido y astuto. La actitud de Pedro Sánchez de hurtar a la Cámara su no comparecencia ante el candidato, ha sido una falta de respeto hacia Núñez Feijóo y hacia la Cámara Legislativa. Una vez más, Pedro Sánchez, ha dado muestras de su desprecio a las instituciones a las que tantas veces recurre cuando están en juego sus intereses. Feijóo no ha logrado su investidura; pero ha dejado clara su postura ante un Pedro Sánchez parapetado tras el matonismo de su peón de brega, Óscar Puente.