En el fútbol moderno el rigor táctico y el orden posicional suponen un elemento fundamental. Sea cual sea la categoría, los entrenadores se afanan cada vez más en hacer de sus equipos un conjunto de piezas perfectamente encajadas y con movimientos estudiados y entrenados al milímetro. Por eso, los aficionados siempre agradecen la aparición de esos futbolistas que ofrecen virtudes diferentes y que van más allá de lo habitual. Esos que prefieren dar rienda suelta a su imaginación. 

Raly Cabral es uno de esos jugadores distintos. Es alegría sobre el verde. El joven extremo de 24 años del Deportivo Don Benito se ha ganado a la afición rojiblanca a base de velocidad, regates eléctricos, mucho descaro y goles decisivos, como el que marcó ante el Mérida hace varias jornadas en el tiempo de descuento para darle el empate a su equipo

Detalles que le han hecho ganarse la confianza del entrenador, Juan Carlos Gómez, y de sus compañeros. «Me siento un jugador importante porque así me lo transmiten», espeta sin titubeos. Eso sí, no es conformista: «Creo que puedo aportar mucho más y ser más determinante». 

Agitador  

Raly Cabral empezó siendo titular durante las primeras jornadas en el Don Benito hasta que Juan Carlos Gómez decidió desistir de su idea de jugar con tres centrales y dos carrileros para pasar a formar con una defensa de cuatro, tres centrocampistas y tres hombres de ataque. «Ahora mi papel es de revulsivo saliendo desde el banquillo», señala. Al menos así ha sido en las últimas cinco jornadas, en las que el extremo leonés ha sido siempre uno de los primeros cambios del técnico del conjunto dombenitense. Pero a Raly le motiva tener que volver a ganarse el puesto y es consciente de que Adrián Turmo y Abraham, rivales en su posición, están en un gran momento de forma. «El hecho de que ellos estén bien me obliga a dar lo mejor de mi para poner las cosas difíciles al entrenador», confiesa. 

El Don Benito atraviesa la mejor racha de la temporada con seis partidos invicto, pero todavía no sabe lo que es ganar en casa. Esa asignatura pendiente es la que al Dépor le falta todavía por aprobar. «Hemos hecho muy buenos partidos en casa que se nos han escapado por detalles como contra el Mensajero o el Panadería Pulido», recuerda. Eso sí, también pone en valor el mérito de encadenar seis encuentros sin conocer la derrota. «Vamos de menos a más y cada vez nos encontramos mejor», analiza al tiempo que señala que «estamos en un proceso de mejora y el nivel de este equipo puede ser más alto».

El próximo domingo, ante el Vélez, Raly Cabral volverá a tener una nueva oportunidad de demostrar a la afición calabazona por qué es un jugador diferente, de esos que meten al público en los partidos.