La cuesta de enero es muy empinada para el Diocesano. Lo ha sido este año y también en los ejercicios anteriores. Un punto de nueve posibles es el balance del conjunto colegial en el inicio del 2022, tres partidos en los que solo ha sido capaz de sacar un empate, tres jornadas en las que ha dejado escapar la mitad de la ventaja que tenía al frente del grupo extremeño de Tercera RFEF (teniendo en cuenta además que el Moralo, segundo, tiene un partido pendiente). 

Los parones invernales no sientan nada bien al conjunto rojillo. Cierto que en el 2020 inició el año arrollando al Villanovense (5-1), hasta ese partido líder de Tercera, pero enero siguió con tres derrotas. Entonces sus aspiraciones, las de los colegiales, no eran tan altas. En 2021, cuando ya había maravillado con todo su potencial y juego alegre y luchaba codo con codo con el liderato con el Cacereño, enero fue igualmente malo. Lo inició con seis puntos de ventaja con el equipo verde. Lo terminó con cinco de desventaja (con un partido menos).

Su enero del 2021 fue muy similar al de este 2022, ya que perdió dos partidos (0-1 con el Cacereño, 0-2 con el Llerenense) y empató otro (1-1 ante el Fuente de Cantos). Febrero mejoró, pero tampoco con los números previos al parón navideño (se fue de vacaciones invicto); tres empates y una victoria en cuatro partidos. Luego remontó y nada de eso impidió al Diocesano pelear por el ascenso hasta el último segundo del último partido.

Esta nueva cuesta de enero le llega al Diocesano cuando ya se pensaba abiertamente en el ascenso a Segunda RFEF. Sus números hasta la Navidad eran espectaculares: doce victorias y tres derrotas, con 32 goles a favor y 14 en contra. Y su fútbol alegre y vistoso le había dado una ventaja de 11 puntos sobre el segundo. Y con esa ventaja parecía lógico que la habitual prudencia de los rojillos («nuestro objetivo es la permanencia», dicen siempre) mutara en unas aspiraciones mayores, ya que este curso el campeón asciende directamente.

El inicio del año ha reducido el poder goleador de los colegiales, que además encajan más

Ahora ha bajado su poder goleador. De una media de más de dos tantos por partido ha pasado a apenas medio gol por encuentro (lleva dos en tres partidos). Y además, encaja más. Una combinación que nunca es buena. 

Febrero espera ahora al Diocesano con cuatro rivales de la zona baja: Miajadas (14º, cuatro derrotas seguidas) este domingo, Badajoz B (15º, ocho partidos sin ganar) el día 13, Extremadura B (12º, casi un mes sin jugar e inmerso en una crisis institucional) el 20 y Don Álvaro (13º, este sí, en fase ascendente) el 27.

Fichaje

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Para todos esos partidos cuenta ya el Diocesano con un nuevo refuerzo, Marco Toscano, un habilidoso futbolista de banda que ha llegado procedente del Saguntino y que jugó sus primeros minutos en Olivenza.