Análisis

El "verano express" del Cáceres Patrimonio

El conjunto verdinegro tiene nueve de los once jugadores que prevé fichar, lo que contrasta con lo sucedido hace justo un año, cuando solo había renovado a su técnico

Andre Dikembe festeja una victoria con Brasil.

Andre Dikembe festeja una victoria con Brasil. / FIBA

Javier Ortiz

Javier Ortiz

Para los aficionados del Cáceres Patrimonio de la Humanidad que odien procrastinar --la forma moderna de llamar a «dejarlo todo para última hora»-- examinar los periódicos de hace justamente un año debe ser un gustazo. El 1 de agosto del 2022 el equipo solamente había confirmado de forma oficial la renovación de su entrenador, Roberto Blanco. No tenía a un solo jugador en nómina, aunque con el tiempo se terminaría sabiendo que ya había acuerdos cerrados para fichar a Dani Rodríguez y Albert Lafuente y renovar a Carlos Toledo y Julen Olaizola.

La situación es ahora bastante distinta. Desde junio el club se ha metido en una insaciable vorágine de mercado que lleva a tener aseguradas a nueve de las once piezas de las que constará su plantilla, aparte de otras decisiones importantes como la vinculación de cuatro jugadores con el Lithium Iberia Sagrado y la continuidad del entrenador, Roberto Blanco, y el director general deportivo, Alberto Blanco.

Este último está capitalizando la construcción del equipo con una actividad que el club transmite que está resultando frenética, con múltiples frentes abiertos todavía. El Blanco ‘de los despachos’ vive su segundo verano en una situación también muy diferente a la del 2022, cuando era un recién llegado que tenía que hacerse aún con los códigos de Cáceres y el Cáceres. Buena parte de sus decisiones, aprobadas desde luego por el entrenador, resultaron apuestas fallidas que tuvieron que corregirse sobre la marcha para evitar el descenso del equipo. 

Los tres (o cuatro) bases

Contra muchos pronósticos, Alberto Blanco continuó en su puesto y lo hizo además reforzado por la junta directiva, que ha pasado a creer a pies juntillas en su gestión, dándole la última palabra en muchas decisiones. «Esto tiene que ser un crucero», dijo poco antes de conocerse su continuidad, en referencia a que se debían tomar decisiones rápidas y firmes para evitar los errores de la temporada anterior. Haber cerrado casi todo el equipo ya demuestra que al menos la vocación de no llegar tarde al mercado, algo a lo que se culpó para explicar las muchas derrotas acumuladas la pasada temporada.

Faltan un ala-pívot con rol de titular y un alero alto reserva para completar un cuadro en el que destaca la sobreabundancia de jugadores que actúan en la posición de base. Con Dani Rodríguez con contrato en vigor, se estimó que había que reforzar esa posición con Hansel Atencia y Pablo Rodrigo, añadiendo incluso la posibilidad de un Pablo Sánchez que en principio partirá como escolta. Hasta Greg Gantt es un ‘2’ de no mucha estatura y buen manejo de balón.

Se han metido muchas fichas en dos jugadores todavía en desarrollo: el alero mexicano Gael Bonilla (20 años) y el pívot brasileño Andre Dikembe (23). Ocuparán las dos plazas de extracomunitario y ninguno ha jugado nunca en LEB Oro. Dikembe ni siquiera lo ha hecho en Europa. Es el peaje que hay que pagar por tener uno de los proyectos más modestos de la competición una vez más. Hace unos días, el propio Alberto Blanco lo decía con contundencia:«tendremos el presupuesto más bajo de la liga». Por lo que transmitió también, no le queda demasiado en la cartera para fichar a los dos jugadores que faltan, por lo que todo hace indicar que se viene otra temporada de remar, remar y remar en el Multiusos, por mucho que el crucero haya madrugado.

Daniel García-Casarrubios, primer fichaje para el vinculado Sagrado

El Cáceres anunció el fichaje de Daniel García-Casarrubios Castro como jugador vinculado con el equipo EBA Lithium Iberia Sagrado. De 19 años y 2,08 de estatura, procede de la cantera del Estudiantes, la pasada temporada jugó en el Rivas y ha pasado por las categorías de formación de la selección española. Los planes son que entrene con el equipo de LEB Oro y juegue dos peldaños más abajo.

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