La campaña de almendra toca a su fin en España y, aunque aún es pronto para tener datos definitivos, hay coincidencia en calificarla de catastrófica, con un descenso de la producción nacional que podría llegar a superar el 50% respecto a la de año pasado. Con todo, en Extremadura la situación es bastante diferente. Aunque la región no evitó el impacto que este verano tuvieron en el cultivo las olas de calor y la sequía, sí que se libró de los graves daños que las lluvias y las heladas de la primavera pasada causaron en otras zonas productoras. Además, la entrada de nueva superficie en producción y que las explotaciones se encuentren mayoritariamente en regadío (en mayor proporción que en el conjunto del país) contribuirán a que la caída de la recolección sea mucho menor o que incluso se mantenga en comparación al ejercicio anterior.

Aunque a mucha distancia del principal país productor, que es Estados Unidos, España es una de las principales potencias mundiales en el cultivo del almendro. Extremadura no está entre las regiones españolas en las que más se trabaja este fruto seco, que tiene en otros territorios, como Andalucía, Castilla-La Mancha o Aragón, sus principales exponentes. Sin embargo, sí que es cierto que ha experimentado un ‘boom’ en la última década, en la que se ha multiplicado por diez la superficie cultivada y en solo dos el terreno que ya está en producción ha crecido cerca de un 60%, hasta superar las 8.500 hectáreas.  

En mayo pasado, la Mesa Nacional de Frutos Secos calculaba que la cosecha en España bajaría este año casi un 30%, hasta las 61.684 toneladas de almendra grano. En ese avance, Extremadura, con un incremento del 69%, era una de las dos únicas comunidades, junto con Baleares, que aparecía con expectativas de crecimiento. El pronóstico era alcanzar las 6.866 toneladas, gracias a contar con nueva superficie productiva y a haber escapado de las heladas. Pero la falta de lluvias y el calor de los meses siguientes hacen prever que la cantidad de fruto recogida vaya a bajar significativamente respecto a esos vaticinios. «La realidad va a ser muy diferente», avanza José Ugarrio, director técnico del sector de frutas, hortalizas y frutos secos de Asaja, que estima que el desplome respecto a la campaña precedente puede acabar rondando el 50% a nivel nacional.

En el caso de Extremadura, considera que el rendimiento por hectárea será algo inferior al de 2021, descenso que se compensará con el mayor número de árboles en producción, por lo que la cifra total de toneladas será parecida a la anterior campaña.

Todavía peor es el cálculo que, aún en plena campaña, efectuó hace unas semanas otra organización agraria, Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, que adelantó un descenso de alrededor del 70% de media de la producción española de almendra, pudiendo llegar al 90% en determinados territorios productores, como Cataluña o Comunidad Valenciana. 

Este colectivo planteó, para compensar la pérdida de rentabilidad que padece el sector, que el productor sea también retribuido con un porcentaje de entre el 30% y el 40% de los ingresos que genera la cáscara del fruto, muy utilizada para la elaboración de pellets para la combustión en calefacciones.

Datos del ministerio

En cuanto a las últimas estimaciones del ministerio, al cierre de julio de este año situaban la disminución de la producción de almendra en más del 34,4% en España, hasta las 205.415 toneladas (con cáscara), pero en algunas comunidades contemplaba ya decrementos notablemente superiores. Es el caso de Cataluña (-65,3%); Comunidad Valenciana (46,9%); o Castilla-La Mancha (-43,6%). Para Extremadura, la previsión era de 17.000 toneladas, 12.000 de ellas en la provincia de Badajoz y 5.000 en la de Cáceres, que en conjunto supondrían una pérdida superior al 15% en comparación a 2021, cuando se superaron ligeramente las 20.000.

Los precios no repuntan

En lo que atañe a los precios, Ugarrio critica que su evolución no esté recogiendo esta fuerte caída de la producción. «España, que es uno de los principales países productores del mundo, ha tenido unas mermas muy considerables, y en California [el mayor productor global de este fruto seco] se habla de que la cosecha será un 10% inferior al año pasado, así que no sabemos el porqué de estos precios. Consideramos que hay cierta especulación, y lo cierto es que la ley de la oferta y la demanda no se está cumpliendo», detalla.

De hecho, aconseja que, en la medida de lo posible, los productores retengan la cosecha y no entreguen la almendra hasta que no haya una mejor cotización. «La almendra es un producto que se puede almacenar perfectamente, a diferencia de otros frutos secos como el pistacho, que tienes que entregarlo a una planta de procesado», precisa. 

 «A las producciones de países terceros, por muy baratas que sean, tienes que sumarles los transportes, que se han encarecido muchísimo, y la almendra española tiene además una calidad extraordinaria en comparación con las importaciones que se pueden hacer de Estados Unidos y esa calidad se debe pagar», remacha.