Con todo lo que han soportado, los trabajadores son los auténticos beneficiarios de esta aventura empresarial. Esteban Rodríguez y José Antonio Bravo son dos de los 22 empleados del antiguo matadero de la cooperativa San Isidro. Fueron contratados para el nuevo cuando se lo quedó Nueva Rumasa, que no llegó a iniciar su actividad y ahora llevaban 6 meses con el grupo Norteño, que tampoco abrió. Unos se jubilaron, otros encontraron trabajo y 16 han entrado a formar parte de la plantilla de Golden Worldwide. La llegada de este grupo empresarial a Olivenza les ha supuesto "una gran alegría", reconocía ayer Esteban, a lo que su compañero añadía: "Nos ha tocado la lotería antes de tiempo". "No veíamos la luz del túnel", decían, pero ahora confían en que, "con este proyecto ambicioso", a la cuarta sea la vencida.