Cada vez con mayor riesgo, y cada vez más diferenciados del resto de España. La pobreza amenaza más cerca y a más personas en Extremadura. Así queda reflejado en el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre condiciones de vida: la región encabeza la lista con mayor tasa de peligro de exclusión social, un porcentaje que además ha crecido llamativamente con respecto al año anterior.

La encuesta del INE recoge datos de 2017 y dice que en la comunidad el riesgo de pobreza está en el 38,8% de la población, lo que supone una subida de más de ocho puntos con respecto a 2016. Pero es que además la diferencia en relación a la media nacional, que ha bajado un punto, es de casi el doble (se sitúa en el 21,6%).

E, igualmente, la distancia con la segunda región con la tasa más alta, Andalucía (31%), es de ocho puntos.

MÁS REALIDADES / Las cifras del INE aportan más realidades que evidencian que Extremadura no ha salido, ni mucho menos, de la crisis y de sus consecuencias. Casi el 60% de los hogares de la comunidad tienen dificultad (ya sea baja, media o alta) para llegar a final de mes.

Asimismo, el 42,5% de las familias no puede irse de vacaciones ni siquiera una semana al año.

Y prácticamente la mitad de ellas no disponen de capacidad económica para poder afrontar algún tipo de imprevisto.

¿Qué se esconde detrás de estos datos? Tal y como vienen denunciando continuamente los sindicatos, lo que ya se llama el precariado. Esto es, el trabajador pobre, ese que tiene un empleo y un salario pero es tan escaso que no llega a final de mes, que muchas veces no puede asumir una factura de la luz que no deja de elevarse; y que, en ocasiones, debe acudir a entidades sociales como Cáritas o Cruz Roja para llevarse alimentos a casa.

El precariado afecta a toda España, pero en Extremadura se nota especialmente porque en los sectores que están creando empleo, la agricultura y la hostelería, la temporalidad es una constante.