El fuego arrasa todo lo que encuentra. Y sus secuelas trascienden a la superficie calcinada. De hecho, este mismo sábado, debido al incendio que se declaró entre Jerte y la Vera este pasado jueves, Aldeanueva de la Vera se quedó sin agua potable. El ayuntamiento de una de las localidades cercanas a las llamas hizo público un bando en el que pedía a los vecinos que bebieran directamente de la red abastecimiento. «Debido al incendio que desgraciadamente estamos padeciendo, la red de abastecimiento de agua potable de nuestro municipio ha sido afectada en su captación y por ello se ruega no destinar el agua al uso y consumo humano, hasta nueva orden.

Este domingo los operarios de la localidad ya trabajaban a contrarreloj en los depósitos para restablecer el abastecimiento y garantizar que se pueda beber sin riesgo para la salud, pero lo cierto es que el ayuntamiento asegura que, aunque se solvente el consumo de la red en breve este problema se extenderá a largo plazo. «El problema de abastecimiento se agudizará en la zona devastada por las llamas, de forma muy importante, cuando lleguen las primeras lluvias del otoño, ya que las correntías que se van a producir en la ladera de la montaña, arrastrarán las cenizas del incendio hasta las gargantas de Los Guachos y San Gregorio, donde están ubicadas las captaciones del suministro de Cuacos de Yuste y Aldeanueva de la Vera», recoge el consistorio.

Cabe recordar que la localidad de Garganta la Olla vivió el verano del año pasado una situación similar tras un incendio ubicado también en la Sierra de Tormantos y tras las tormentas, los restos calcinados se sumaron al cauce del río y provocaron que el agua tuviera un aspecto similar al del lodo. Esta situación afectó al lago en Jaraíz de la Vera y obligó a paralizar el uso de la red de abastecimiento.