Decía el célebre dramaturgo William Shakespeare que «el destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos». Pues después de varias décadas de infructuosos acuerdos y de intentos fallidos, Don Benito y Villanueva de la Serena serán una sola ciudad, si nada se tuerce, a comienzos de la próxima década. Como si fuera el destino de ambas ciudades estar unidas entre sí. Así lo anunciaron esta semana los regidores de ambos consistorios. Miguel Ángel Gallardo, como alcalde de Villanueva de la Serena, y José Luis Quintana, de Don Benito. 

Ambos han venido trabajando de manera muy discreta desde hace varios años en un proyecto que por fin ha visto la luz y que lo hace con el apoyo de otros grupos políticos de ambas corporaciones y con el beneplácito de los principales sectores sociales y económicos de ambas ciudades

Pero la idea de fusión entre ambos núcleos viene de lejos, antes incluso de la democracia. Sin embargo, fue a finales de los años 70 cuando se dieron los primeros pasos en firme al constituirse una comisión mixta con representantes políticos de ambos ayuntamientos que tenían como objetivo avanzar en un proyecto que por aquél entonces veían casi imposible. Mariano Gallego, teniente de alcalde de Don Benito, y Juan Serna, su homólogo en Villanueva, fueron algunos de los representantes políticos que lideraron los primeros acercamientos en democracia.

Pequeños avances

El germen de una fusión entre las dos localidades ya estaba sembrado entre sus respectivos ciudadanos, aunque no fue hasta 1988 cuando se llevó a cabo el primer estudio sociológico para conocer de primera mano la opinión de la ciudadanía. En este caso fue en Don Benito, en el que el una mayoría de los vecinos dombeinitenses que participaron en esta encuesta se mostraron proclives a la unión. 

Ya a inicios del presente siglo, en 2003, el alcalde calabazón Juan Bravo propuso a Miguel Ángel Gallardo unir ambas ciudades antes de 2012, algo que no llegó a producirse. En 2007, de nuevo, hubo acercamientos entre el propio Gallardo y Mariano Gallego, alcalde de Don Benito. Más de una década después, de nuevo con Miguel Ángel Gallardo en la ecuación de fusión entre ambas ciudades, junto con Quintana, han logrado que el proyecto tome consistencia y sea una realidad de futuro para ambas poblaciones.

Crecimiento

Y es que en ese oasis demográfico que constituyen Don Benito y Villanueva dentro de la famosa España vaciada, este proyecto se torna como «necesario y sentido por parte de la ciudadanía», en palabras de Julián Mora, catedrático de Ordenación del Territorio y Políticas de Sostenibilidad Ambiental de la Universidad de Extremadura. Para Mora, será «muy importante» dotar a este plan de contenido para que la futura ciudad resultante adquiera el «peso» y la «jerarquía» que le corresponde dentro de la zona que ocupa y dentro de Extremadura. Por ello, el catedrático dombenitense cree que unida a esta nueva ciudad deben venir nuevas infraestructuras como un tren de mercancías, una universidad o la demandada autovía que comunique Valencia con con la capital portuguesa

La unión de ambos núcleos, que aglutinaría a más de 60.000 habitantes, convertiría a este nuevo municipio en la tercera ciudad con más población de Extremadura, mayor incluso que otras siete capitales de provincia como Teruel, Soria, Segovia o Huesca. Además, según los estudios previos, el área urbana funcional se convertiría en el segundo polo económico de la provincia y el impacto en términos de riqueza, actividad económica y desarrollo sobre rentas y población sería claro y notorio. Por ejemplo, según los estudios previos realizados por los promotores del proyecto, la renta de los hogares podría incrementarse en un 2,7%, mientras que el empleo se vería incrementado en un 5%. El empleo relacionado con el sector servicios y con los servicios a empresas crecerían un 10 y un 15 por ciento respectivamente. Unos datos que el propio Julián Mora valora de manera «positiva», aunque recuerda la importancia de elaborar un plan estratégico de desarrollo para conocer el futuro al que «aspirará la nueva ciudad». 

No obstante, también apostilla que para que esta fusión dé buenos frutos debe haber «una estrategia común», como por ejemplo hacer modificaciones del suelo urbano ante la unión de ambos núcleos poblacionales, lo que dará lugar, a juicio del catedrático, a la generación de nuevo suelo industrial para atraer nuevas inversiones, ya que además «sería la ciudad con mayor aporte al PIB regional», según señala el catedrático Julián Mora.  

Mientras tanto, a partir de ahora se abre un nuevo horizonte para ambas ciudades, en el que aunar fuerzas y establecer nuevos lazos de unión serán los siguientes pasos para una fusión que parece destinada a ser una realidad en los próximos años. Sería, además, la primera unión de dos municipios desde la aprobación de la Ley de Sostenibilidad de la Administración Local en 2013.