«El cuerpo humano es débil, somos nada y un pequeño impacto puede destrozarnos la vida». Lo saben bien la madre a la que le arrebataron a su hijo de 17 años en un accidente de tráfico; el que causó un siniestro con un fallecido o los guardias civiles, bomberos, médicos y enfermeras que han podido conocer de primera mano las terribles consecuencias de incumplir las normas de tráfico o conducir bajo los efectos del alcohol.

Todos dieron ayer su testimonio en el acto conmemorativo del XXV aniversario de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil en Mérida, donde cada año se forman unos 500 agentes encargados de velar por la seguridad vial y el control del tráfico en las carreteras. 

La cita estuvo presidida por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ensalzó el papel de la escuela emeritense como referente internacional en la lucha contra la siniestralidad y la «violencia vial». «Desde que se creó la Agrupación de Tráfico todos nos sentimos mucho más protegidos en la carretera cuando os tenemos cerca», apuntó. 

Grande-Marlaska pronosticó que el centro, que ya es pionero, «pronto será considerada una auténtica facultad del tráfico y la seguridad vial» gracias a su vinculación con el mundo universitario y las enseñanzas que imparte, entre ellas cursos sobre detección de drogas o reconstrucción de accidentes. 

En su discurso, el ministro también incidió en la necesidad de que la sociedad sea «corresponsable» en la seguridad vial: esto no le ocurre a otros, nos ocurre a todos, y hasta la persona más diligente puede cometer una pequeña imprudencia que puede tener resultados lesivos importantes para ella y para otros. «El cuerpo humano es débil, somos nada y un pequeño impacto puede destrozarnos la vida. Una lesión medular no es simplemente estar en silla de ruedas, conlleva más», recordó.  

Junto a Grande-Marlaska, participaron en el acto la directora general de la Guardia Civil, María Gámez; el director general de Tráfico, Pere Navarro, y el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, entre otras autoridades.

Asistieron a una exhibición de conducción segura de vehículos de cuatro ruedas y motocicletas, que son prácticas que se realizan con los alumnos para que aprendan diferentes técnicas contra los accidentes, según explicó el capitán Felipe Pérez García, director del departamento de Instrucción y Adiestramiento de la escuela, informa Efe. 

13.000 agentes formados

Además, se realizó un recorrido por una muestra de vehículos históricos de la Guardia Civil y la presentación de las instalaciones a cargo de su director, el coronel José Lope Galiana. El Ayuntamiento de Mérida organizó un road-show para concienciar a la juventud de los riesgos de la conducción imprudente y el sufrimiento que provocan los accidentes. Por último, se descubrió una placa. 

Grande-Marlaska en su visita a la Escuela de Tráfico. EL PERIÓDICO

Desde su inauguración por los Reyes en enero 1996, casi 13.000 alumnos de España y otras partes del mundo han pasado por la Escuela de Tráfico de Mérida. En este curso son un total de 507 agentes los que asisten a los cursos del centro, entre ellos los de especialización de motoristas y atestados. La escuela también imparte cursos de formación básica sobre cinemómetros (dispositivo para medir la velocidad real de un vehículo, más conocidos como radares móviles), transportes, detección de drogas y un curso experto universitario en reconstrucción de siniestro viales. Además, la escuela imparte el máster de Seguridad Vial y Tráfico, así como la enseñanza a la especialidad del Seprona en lo relacionado con la conducción de motocicletas.