Un total de 701 días, 256.963 extremeños contagiados y 2.302 fallecidos después, la pandemia de covid-19 entra en una nueva etapa en la que deja de ser obligatorio el uso de mascarillas en espacios interiores, una de las últimas restricciones que han permanecido intactas desde el principio y que se mantenía desde que se impuso el 21 de mayo de 2020. 

Como ya se había anunciado, el Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto con la medida -«muy meditada», dijo Carolina Darias- y se hará efectiva hoy mismo en cuanto salga publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Desde ese momento, deja de ser obligatorio usar esta protección que ha sido el símbolo de la pandemia, aunque hay cuatro excepciones: en los centros sanitarios, residencias de mayores (para trabajadores y visitantes), farmacias y en todos los transportes públicos hay que seguir cubriéndose boca y nariz.

Desde Sanidad, no obstante, también aconsejan su uso en población vulnerable (mayores de 60 años, personas inmunocomprometidas, con enfermedad de riesgo y embarazadas) y en eventos multitudinarios. Y por todo ello, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, considera que el fin de las mascarillas en interior no supondrá «un antes y un después», porque se seguirán usando: «una parte de la mascarilla se va a quedar», dijo ayer.

La medida entra en vigor ante la estabilización de los contagios y la amplia cobertura vacunal, pero apenas tres días después de terminar la Semana Santa más parecida a los tiempos de prepandemia y tras la que los expertos asumen que puede haber un repunte de casos que, de hecho, ya parece que se empieza notar. 

En la última semana han crecido en Extremadura los contagios (1.600 nuevos) y las personas hospitalizadas por covid hasta las 86 actuales (tres de ellas en UCI), según los datos difundidos ayer por el Ministerio de Sanidad. Son 24 ingresos hospitalarios más que el pasado miércoles. Y la incidencia también ha crecido entre los mayores de 60 años (la franja completa que se sigue vigilando al detalle) alcanzando los 638 casos a los 14 días. También han aumentando los fallecidos en la última semana, con siete nuevas muertes provocadas por el covid en la comunidad. 

La medida deja dudas en las empresas: los servicios de prevención podrán imponerlas

Es la situación actual de una pandemia que lleva dos años acechando y que ha tenido muchos protagonistas en su camino: muertes, soledad, temor, caras tapadas con más de dos millones de 20 millones de mascarillas... pero también esperanza y más de dos millones de dosis de la vacuna frente al virus administradas por el SES. Y esto es, según los expertos, lo que está permitiendo que la pandemia vuelva a cambiar de fase. Lo que ocurra a partir de ahora pondrá a prueba la nueva estrategia de control del virus, centrada solo en la protección de los vulnerables.

Tras la decisión del Gobierno, queda eliminada la obligación de llevar mascarilla en los establecimientos como gimnasios, comercios, teatros, cines... También en los centros educativos, mientras que en las empresas se dejará en manos de sus responsables imponer su uso o no entre los trabajadores, lo que genera un mar de dudas. La ministra Darias insistió en que no será necesaria «con carácter general», aunque precisó que si los servicios de prevención, tras evaluar el riesgo del puesto de trabajo, considera necesario su uso, podrán imponerla.