Cuando apenas queda una hora para que los Reyes hagan su entrada en Pinofranqueado, en la plaza Reina Victoria la Escuela de Tamborileros de Mesegal entona La Tarara y una alborada tradicional de los tiempos en que los mozos rondaban a las mozas del pueblo. Acaban de llegar los muchachos de la escuela, a los que les han dado un receso. Llevan carteles y banderas de bienvenida para celebrar la que será la tercera visita oficial de un Borbón a Las Hurdes.

Ángel en Pinofranqueado. MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

Desde Caminomorisco ha venido Tomás Martín. A sus 99 años va a ver por primera vez a los Reyes porque cuando vinieron Juan Carlos y Sofía él tenía que trabajar en el campo y no tenía tiempo para monarquías. Dice que la visita real es buena para la comarca; lo mismo piensa Ángel Sánchez, jubilado pero que ha pasado gran parte de su vida en la construcción. "Que vengan los Reyes es un levantamientito para Las Hurdes. Soy hurdano", concluye con orgullo.

José María, a cuyo padre apadrinó Alfonso XIII. MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

También está en el pueblo José María Vázquez, hijo del ahijado de Alfonso XIII, puesto que su padre Alfonso Vázquez del Río nació en 1925, tres años después de la visita del Rey. Y es que si el chiquillo vino al mundo fue en parte gracias al monarca, ya que tras el viaje a Las Hurdes medió para dotar de médico a la población: el doctor Eduardo Olivera. Fue así como 'La Quica', su madre, dio a luz por cesárea: la primera que se practicaba en el pueblo. "Me he puesto este traje que no sé el tiempo que no lo vestía", dice entre carcajadas José María, al que le caracteriza un gran sentido del humor. Aquel día, el facultativo Olivera estaba en Caminomorisco y se desplazó hasta Pinofranqueado, donde en condiciones ínfimas, en un cuarto con una ventanita de 40 centímetros y sin luz, practicó la operación. Marañón tuvo conocimiento de la hazaña y el Rey quiso apadrinar al pequeño.

Javier, del Bar Mayte. MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

La llegada de los Reyes ha animado a los negocios, como el Bar Mayte, que regentan Javier Conde y su hijo, Javier Conde Sánchez: "Estamos con el bar hace más de 16 años y Felipe y Letizia siempre traen movimiento". El local, que llevó Isidora, es otra de las grandes instituciones de Pinofranqueado, que sigue en la plaza esperando a sus Reyes.

Los muchachos del colegio. MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ