El Periódico Extremadura

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UNA SALIDA LABORAL

Manos a la obra con un 99% de inserción laboral

Alrededor de 2.000 alumnos han pasado por los cursos de la Fundación Laboral de la Construcción. Mujeres e inmigrantes ganan cada vez más peso en un sector que demanda más personal cualificado

Dos de las alumnas trabajan con un aparato llamado estación total. Carla Graw

Nivel A2. O, lo que es lo mismo en el sector de la construcción, oficiales de 1ª y de 2ª. «Se demandan puestos muy específicos, de oficio, para actividades concretas de albañilería, montaje de andamios, operadores de grúa-torre… Muchas veces tenemos que pedir a las empresas que les dejen acabar el curso, porque se los quieren llevar cuando ya tienen algo de formación». Lo afirma María Ángeles Ramos, responsable del centro de formación de la Fundación Laboral de la Construcción en Cáceres. Esta entidad ha formado en el último año a alrededor de 2.000 alumnos en un plan elaborado con la Junta de Extremadura y cuya materia se imparte en los centros de Cáceres y Mérida, así como en diferentes municipios de Extremadura

El de la construcción es un sector ávido de mano de obra en la región. Tal es así, que la tasa de inserción laboral de quienes pasan por estos cursos alcanza el 99%, según sus datos. «Hemos tenido un problema importante con la crisis en cuanto a formación, porque el sector se quedó sin gente que supiera enseñar a nuevas generaciones. De alguna manera lo estamos supliendo. Aquí se imparte una formación principalmente práctica, lo que hace que también sea una salida para muchos estudiantes que quizás se cansan de que todo sea teoría», explica Ramos. Habla entre hormigoneras, ladrillos, una grúa y una quincena de alumnos del curso que se está impartiendo en ese momento en el patio del centro: Tratamientos de soporte para revestimientos en construcción. «El empresario ya demanda una especialización, para lo que se necesita una formación muy específica», asegura.

Un par de estudiantes trabajan en revestimientos. Carla Graw

Estereotipos

La pregunta ante estos datos casi completos de inserción laboral y el alto nivel de desempleo es obvia: ¿Por qué la construcción sigue siendo un sector poco valorado como salida? «Arrastramos muchos estereotipos. Se ve como un trabajo sucio, lesivo para la salud del trabajador… Pero eso ha cambiado. Hoy día todo es muy prefabricado, muy mecanizado, y existe una prevención de riesgos laborales que se aplica. El tema de los salarios también debería estar superado, son por ejemplo un 2% más altos que en la hostelería. Pero la crisis inmobiliaria hizo mucho daño, expulsó a muchos trabajadores y aún se sigue viendo como un sector vulnerable, volátil», opina Ramos.

María Ángeles Ramos Carla Graw

«Arrastramos muchos estereotipos. Se ve como un trabajo sucio y volátil»

María Ángeles Ramos - Responsable del centro

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Entre tanto, los alumnos se afanan en sus tareas de construcción del esqueleto de un edificio que, una vez finalizado este curso, será derruido para construirse de nuevo. Uno de ellos es Luis Miranda, un cacereño de 21 años que cuenta que se quedó fuera de la Formación Profesional (FP) por la «alta demanda». Con su título de Bachillerato artístico, afirma que la construcción también es una forma de arte: «Cada constructor pone su firma, su huella». Mientras se sigue formando, Miranda ya está echando su currículum para encontrar trabajo. Algo que podría tener ya muy cerca Samuel Dondauza, también cacereño y de 17 años, que está a la espera tras haber hecho una entrevista con una empresa constructora: «He hecho ya varios cursos, seis o siete. Empecé la FP de electricidad pero no me gustó, me salí porque era mucha teoría», expone. «Es una empresa de aislamiento proyectado que ya ha venido aquí para buscar distintos perfiles», añade Ramos.

A la conversación se une Boudacan Diallo, un migrante de 20 años llegado a Cáceres hace siete meses desde Guinea-Conakri. Hasta un 75% de los alumnos de estos cursos son migrantes. Diallo ya había trabajado en la construcción en su país natal y busca poder labrarse un futuro en este mismo sector, ahora en España. «Él y otros muchos vienen aquí a través de la CEAM. Trabajamos con diferentes organizaciones que nos enlazan. Ellos mismos conocen a amigos que han conseguido trabajo gracias a la formación y quieren lo mismo. El idioma puede suponer una barrera, pero es la única y traspasable, porque vienen con ganas de aprender, de trabajar, y eso las empresas lo valoran mucho», detalla Ramos.

Mujeres

Los rostros a pie de obra también están cambiando gracias a la creciente incorporación de la mujer. «Antes las que se veían eran profesionales de nivel 4, es decir, con estudios superiores, como una arquitecta. Pero desde hace varios años cada vez hay más chicas. Empezó con las instalaciones fotovoltaicas, que demandaban mano de obra y no había suficiente chicos, y ahora las puedes encontrar en cualquier nivel. Es evidente que pueden hacer los trabajos igual que cualquier hombre e incluso algunas empresas nos dicen que son más meticulosas, más perfeccionistas», asegura Ramos. 

En la actualidad las mujeres suponen un 9% de los trabajadores del sector de la construcción en Extremadura, un 12% en España y un 15% en el conjunto de la Unión Europea. «Normalmente en nuestros cursos, que suele haber alrededor de 20 estudiantes, contamos con unas cuatro chicas», especifica Ramos.

Una de ellas es Ainara Hernández, una técnico audiovisual cacereña de 30 años que se está formando en Topografía. «Para mí es una ampliación de conocimientos, siempre me ha gustado todo lo que sea trastear con el ordenador, me gusta usar la tecnología. La verdad es que también me gusta, en general, el mundo que está encasillado para los hombres», cuenta riendo mientras maneja un aparato llamado estación total, que sirve para medir ángulos y distancias. «Son aplicaciones no tan conocidas, que están escondidas pero que se pueden utilizar en el regadío, en medir para colocar tuberías… Ofrece un amplio abanico de oportunidades», explica. 

La acompaña Inmaculada Barrero, emeritense de 39 años y piloto de drones que está haciendo el curso para ampliar conocimientos: «Me venía bien reforzar estos conocimientos, el tema de la topografía, del manejo del GPS. El mundo dron tiene su aplicación en la construcción: para supervisar obras, en agricultura de precisión…», apunta. Tras una carrera laboral en administración, Barrero decidió dar un «cambio radical» en su vida y desde hace cuatro años es una de las responsables de Azimut Topografías y Drones. «Hace falta personal. Hemos estado buscando un ingeniero hasta debajo de las piedras. Al final nos pudimos traer a un chico de Jaén. Tenemos otros dos trabajadores que ahora se están dedicando a lo suyo tras estar 12 años en la hostelería», narra. 

Barrero se ha visto muchas veces como la «única mujer» en su entorno laboral: «Las mujeres debemos demostrar el valor que tenemos, a una mujer se le analiza más. Pero una vez dentro nunca he tenido ningún problema», dice. 

Las dos afirman que la época en la que las mujeres se dedicaban exclusivamente a trabajos de oficina ha acabado. Lo normal. Ellas, por su parte, también se ponen manos a la obra.

Un sector estratégico en la economía

La construcción sigue siendo un sector clave en la región. Según los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, recogidos por el Observatorio de la Fundación Laboral de la Construcción, las empresas de esta rama suponen un 10,9% del conglomerado total extremeño.

De acuerdo con las últimas Previsiones Económicas de Extremadura 2022, un informe elaborado por Unicaja, hay varios indicadores que apuntan al crecimiento en este área: «El indicador adelantado de viviendas visadas registró elevadas tasas de crecimiento a lo largo de todo el año y, en el conjunto de 2021, el número de viviendas nuevas visadas en la región se incrementó un 54,4% respecto a 2020 y un 10,5% en relación con su nivel en 2019 (26,6% y 1,9% en España, respectivamente). Asimismo, la superficie total a construir aumentó un 47,5% en 2021, registrando aumentos tanto en la superficie de uso residencial (54,1%) como la dedicada a otros usos (31,0%). Este crecimiento de la superficie a construir apuntaría a una trayectoria favorable de la inversión en los próximos meses, al igual que la licitación pública, que se ha duplicado respecto a 2020».

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