Calle libre

Regeneración democrática

Imagen de Feijóo.

Imagen de Feijóo. / EL PERIÓDICO

Fernando Ayala Vicente

Fernando Ayala Vicente

Recuerdo haber debatido en multitud de ocasiones con responsables públicos sobre la prioridad de reconocer la importancia de la Memoria Democrática. Cuando hablamos de estos temas, se suelen tener en cuenta meramente desde el aspecto sensible por entender que, de manera exclusiva, aborda cuestiones relacionadas con la reparación a las víctimas de la Dictadura franquista ( que también).

Sin embargo, no quieren percatarse que si colocan en el primer lugar de sus preocupaciones a la economía, la sanidad, la educación, lo cual parece despertar mayor interés por parte de sus interlocutores, no asumen que sin Democracia, y por tanto, sin luchar por que perviva su Memoria, sin reivindicar lo que ha supuesto la conquista de derechos y libertades, no habría objeto sobre el que discutir o intercambiar ideas.

Hago esta introducción para recalcar, dados los acontecimientos recientemente vividos, la trascendencia que tiene proteger y cuidar la Democracia. El hecho incuestionable de que no podemos, como pasa algunas veces, minusvalorar a aquellos políticos que se caracterizan por ser buenas personas, mientras que ensalzamos a los que se les define por la cantidad de insultos que profieren y por perturbar la convivencia.

No estaría de más recuperar en muchos ámbitos lo que se planteaba en aquella asignatura denominada “Educación para la ciudadanía”, sujeta a su vez de ataques por parte de sectores de las derechas acusándola de adoctrinamiento. Al que me gustaría apuntarme: adoctrinamiento en valores democráticos.

Ejemplos como el cuestionamiento de la vida personal a través de la difamación o de los anónimos y que se oculta bajo la aparente libertad de expresión no puede confundirnos.

El debate saludable donde pueda y deba haber gente que no piense como tú y en el que se contrasten opiniones se debería retomar (convencer al contrario, al menos desde nuestra actual cultura política, me parece más complicado).

La reflexión a la que se apela, no debe ser un simple circunloquio, va a llevar, necesariamente, a medidas concretas de cambio de paradigma.

A ver cuanto tiempo duran estas buenas intenciones. De momento las reacciones de la oposición al Gobierno no son nada alentadoras.

No es, por consiguiente, un timo. Eso se lo dejamos a los que clamaban ¡Muera la inteligencia! 

Fernando Ayala es catedrático y militate socialista  

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