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El Mundial de Japón La intrahistoria y las reaccionesREPORTAJE

En el nombre de Pau

Marc Gasol, de 21 años, ha demostrado la calidad que no pudo ex

En el nombre de Pau

En el partido que Pau Gasol hubiera soñado jugar, por el que hubiera dado todo el dinero del mundo, Marc Gasol se reivindicó como un excelente jugador. Y no era un partido cualquiera. Era la final del Mundial. Posiblemente la idea de cubrir la baja de su hermano fue una motivación extra. Un plus de convicción en su puesta en escena. Pero Marc demostró que no es solo una simple promesa, sino que ya es una realidad. Solo necesita un poco de confianza. Lo que cualquier jugador de 21 años, del que muchos técnicos de primera fila hablan maravillas, debería esperar.

El mediano de los Gasol llegó a la selección por la puerta de atrás, de puntillas, a causa de la lesión del teórico titular, el pívot gallego Fran Vázquez, lo que obligó al seleccionador español Pepu Hernández a convocarlo de urgencia, cuando la selección ya había iniciado su concentración y Marc disfrutaba de sus vacaciones.

De primera línea

Después de dos meses con el equipo español, no solo se ha reivindicado como jugador de primera línea --frenó al gigantesco pívot griego Schortsianitis con autoridad--, sino que además se marcha de Japón con la medalla de oro colgada del cuello y el título de campeón del mundo inscrito ya para siempre en su currículo. "Me siento muy orgulloso de cómo se ha sabido comportar", admitió ayer Pau, seguramente más satisfecho por la irrupción de Marc en el baloncesto de élite que por el título de mejor jugador del torneo y su inclusión en el quinteto titular del campeonato (junto a Papaloukas, Ginobili, Anthony y Garbajosa) con el que se despide del Mundial.

"Es increíble cómo cambia todo en tan poco tiempo. Hace dos meses estaba de vacaciones y había acabado la temporada casi sin jugar y ahora me voy de Japón con el título", reflexionó ayer Marc, sin querer ahondar en la herida, tras un contradictorio verano.

Reencuentro con Pesic

Con Pepu Hernández ha tenido un papel relevante en la selección. Con Dusko Ivanovic, en el Barcelona, se ha pasado la temporada relegado al banquillo. Y todo pese a que el club hizo gestiones al inicio de la Liga para ocupar su plaza de pívot. Esa falta de minutos ha obligado a Marc a buscarse una salida en Girona, en el Akasvayu, a la órdenes de Svetislav Pesic, que le conoce bien de su etapa barcelonista. "Peor no creo que me pueda ir", comenta el hermano de Pau a sus íntimos. Ahora Pesic le espera con los brazos abiertos. Hay pocos pívots en Europa de 21 años y 2,15 m. con tanta calidad.

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