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Doña Manolita lo da todo

La histórica administración madrileña confirma su ‘reinado’ al haber vendido décimos de todos los premios H Despachó desde el Gordo hasta un quinto aunque en realidad son matemáticas puras

Doña Manolita lo da todo

Debe ser la administración de Lotería que más décimos de Navidad vende de toda España. De ahí el resultado: es la que más premios reparte. Doña Manolita lo ha vuelto a hacer este año. Ha arrasado. Lo llaman duende. Pero en realidad son matemáticas puras.

Los loteros de la histórica administración -ubicada en pleno corazón madrileño, al lado de Callao- ya sabían antes de que amaneciera que saldrían en todos los telediarios. Desde bien temprano, pues, tenían listo el confeti, las camisetas anunciando premios y las botellas de cava con el rostro de la histórica lotera, una mujer que abrió su primer local en 1904 en la calle de San Bernardo de Madrid. Tenía 25 años y cuenta la leyenda que su belleza y carisma hizo que conquistara muchos clientes, sobre todo estudiantes de la Ciudad Universitaria.

Manuela de Pablo se convirtió en empresaria de éxito en una época en la que la mujer estaba relegada a un segundo plano. Falleció en 1951, con 72 años y convertida en una institución de Madrid, como el Oso y el madroño o la Puerta del Sol. Su nombre aparece en la canción interpretada por Ana Belén A la sombra de un león, dedicada a la diosa Cibeles.

Doña Manolita conseguía colas kilométricas de clientes, tanto en el viejo local de San Bernardo, como en el de Gran vía que abrió en 1931.

En Madrid, el Gordo de Navidad ha caído 80 veces. Un total de 78 veces, incluida la de ayer, lo ha hecho en doña Manolita, que vende décimos a toda España. No solo eso sino que el duende consiguió ayer arañar euros de todos los premios, también el segundo, el tercero, un cuarto y dos quintos. Una auténtica fiesta, celebrada por todo lo alto por su treintena de empleados. Especialmente orgullosa estaba Matilde, la trabajadora que vendió en ventanilla los diez décimos del 26.590. Y también Concha, la propietaria de la administración, a la que la lluvia de millones parecía que menguaba el dolor del esguince que sufrió y que la obligó a acudir al local con muletas.

Llena de curiosos

A falta de millonarios agradecidos, la administración se fue llenando de curiosos que acudieron al local a celebrar el éxito ajeno. Algunos también buscaban su minuto de gloria en los directos que de las televisiones en la calle del Carmen. Muchos se animaron, de paso, a comprar décimos para el sorteo del Niño. Hacer cola en doña Manolita es ya una tradición navideña más, como ir al mercadillo de la plaza Mayor o tomar chocolate con churros en san Ginés.

En época de internet, mucha gente prefiere esperar turno y conseguir los décimos en ventanilla. La cola da para mucho. La lotera contó hace poco en Diario de Burgos que hace unos años unos clientes se conocieron haciendo cola y que a día de hoy son una feliz pareja con hijos que acude cada año a probar suerte con décimos de Manolita.

A las dos de la tarde, después de las botellas de cava, cargamentos de confeti y las entrevistas con la prensa, el local echó el cierre. Tocaba celebrar en la intimidad que son la administración con más probabilidades matemáticas de dar premios.

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