La profesora que enseñó a sus alumnos de Mérida el amor por los animales

Los centros educativos de Mérida son lugares clave para el desarrollo de los niños, más allá de ser unos espacios en los que aprender conocimientos. En ellos socializan con gente iguales a ellos, despliegan unos gustos y reciben valores e ideas que no encuentran en casa, o las refuerzan. Clara Calderón Piñero (Villafranca de los Barros, 1996), fue maestra durante tres años en el Colegio Atenea de la capital regional, en ese tiempo quiso enseñar a sus alumnos algo más que sumas, restas, verbos y adjetivos: el amor, el cariño y el respeto hacia los animales.

Los animales han sido siempre la gran pasión de esta joven docente que actualmente se encuentra preparándose las oposiciones para Magisterio y es la presidenta de la Protectora Aldea en la localidad pacense que le vio nacer. La abrió hace dos años. En todo este tiempo, su labor al frente del refugio ha consistido en mucho más que recoger de las calles a perros y gatos abandonados. A muchos de esos canes y felinos que nadie quiere les ha conseguido un hogar. A otros, les ha salvado la vida. 

Clara, con una vocación por la enseñanza que le viene de familia (madre y una de sus hermanas), está muy involucrada en esta causa. «Se habla de los animales desde el punto de vista de sus características físicas, pero no de cómo se sienten o de cómo los tratamos», explica a este periódico.

Por ello, no podía dejarlo de lado en sus quehaceres profesionales. En clase acabaron surgiendo charlas naturales en las que aprovechó para inculcar a los más pequeños la importancia del respeto a todos los seres, la tenencia responsable de mascotas y demás asuntos relacionadas con el mundo animal. Pero no se equivoquen. Todo esto que hace Clara Calderón Piñero por los perros y gatos, lo hace también por las personas.

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