Martes Santo

Sentencia fatal para los pasos de Mérida

La Hermandad de las Lágrimas tiene que refugiarse en los túneles de la avenida de Extremadura y el Calvario decide no salir

La lluvia y el frío han puesto el suspense a las dos procesiones del Martes Santo de Mérida, que finalmente solo ha podido salir por las calles de la capital extremeña la Hermandad de Jesús de la Humildad, María Santísima de las Lágrimas y Santa Ángela de la Cruz (parroquia de San Juan Bautista y María Auxiliadora). Por momentos hubo caras de nerviosismo entre cofrades y espectadores (llevaron sus paraguas por si las moscas y se temieron lo peor), pero rápidamente cambiaron el punto de vista a la hora de desafiar al cielo. Las nubes contaron con las mejores vistas de sus dos pasos, sus la largas filas de capirotes verdes, sus bandas musicales..., por encima de los ciudadanos emeritenses y turistas. El público marcó el camino hasta que la lluvia dictó sentencia. Apenas llevaban una hora y poco de procesión cuando sus integrantes tuvieron que refugiarse en los túneles de la avenida de Extremadura y Juan Carlos I. En esos momentos, el ambiente era de decepción, aunque pudieron terminar el trayecto.

La peor parte se la llevaron los integrantes de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Calvario, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísima Virgen de los Dolores y María Santísima de la Amargura. Desconsuelo y lágrimas de llanto en la Ermita del Calvario ante la imposibilidad de procesionar. El tiempo pudo con los hermanos. Las calles de Emérita Augusta se quedaron sin sentir sus cuatro pasos. Toda precaución es poca y más si se pone en juego el estado del patrimonio religioso. La decisión llevó a los hermanos a deliberar sobre las posibilidades de iniciar el desfile, y a algo más de las nueve y veinte minutos, las ilusiones de muchos de los cofrades se vinieron abajo. Como la lluvia. «No existe consuelo. Es una decisión complicada», aseguraron varios integrantes de la cofradía con un suspiro a este periódico. No pudo ser. Una procesión suspendió antes de empezar, y otra arriesgó a pesar de los contratiempos.

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