«--¿Quién eres?, --Miguel Fernández Talanilla, de Totana, Murcia». Así se presenta uno de los rehenes de la tercera temporada de ‘La casa de papel’, la serie de habla no inglesa más vista en la historia de Netflix. La secuencia trata de un atraco de la banda liderada por el misterioso profesor, que en esta última temporada tienen que dejar los robos a un lado y centrarse en el rescate de uno de los suyos. Aquí es cuando un rehén especial, Miguel Fernández, hace reir por su inocencia y a la vez su locura a todo espectador. Se trata de un joven murciano de 23 años que se enamora, perdidamente, de Amanda. Aunque, por el momento, todo parece apuntar a que se trata de un amor imposible. Sobre todo porque aprovecha toda situación para intentar ligar con ella. Sin embargo, esto es algo que le hace reaccionar de una manera que no debería.

«Miguel está viviendo una de las experiencias más excitantes y a la vez más peligrosas de su vida», cuenta Carlos Suárez, el encargado de interpretar a este personaje. Si bien, comparten muchas cosas. Por ejemplo, ambos viven unos de los mejores momentos de sus vidas.

Carlos Suárez es un joven de 21 años de Majadas del Tiétar, un municipio del norte de Cáceres. También comparte con Miguel el humor y algo de acento, por eso de ser murciano. La vida sobre los escenarios empezó para el cacereño en 2015, cuando contaba monólogos, primero a su familia y después a sus amigos, y «hacía gracia». Tanto que un día un amigo le ofreció trabajar de ello en su cumpleaños, en una discoteca, y aceptó. A raíz de ahí, le llamaron de diferentes establecimientos de la zona, como de Jaraíz o de Navalmoral de la Mata. No obstante, fue un año después cuando realmente el humorista, mientras estudiaba para ser técnico en Gestión Forestal, dio el salto a la gran pantalla. Sin darle importancia, envió un video de 15 segundos por Instagram a los directores de una película. La espera fue larga, hasta cinco meses después no obtuvo respuesta. Pero mereció la pena. Fue seleccionado para el casting presencial y terminó siendo uno de los protagonistas del filme que se estrenó en 2018, ‘Contigo no, bicho’. «Un sueño que me hizo darme cuenta de que mi pasión era ser actor. Estaré eternamente agradecido a los directores», señala.

Después del éxito, se marchó a Sevilla, a estudiar en el Laboratorio de Interpretación de Sebastián Haro. Ahora lleva dos años allí, aunque este último lo pasó a caballo entre Madrid y la capital andaluza, porque en septiembre de 2018 su representante le dijo que había sido seleccionado para el casting de ‘La casa de papel’. «La noticia fue brutal», cuenta. Y es que el actor era seguidor de la serie. «Mi personaje favorito era Arturo», desvela. Sin embargo, su sorpresa llegó el día 2 de enero. «Estaba con 40 de fiebre cuando me dijeron que el papel era mío», recuerda. «Lo primero que hice fue bajar las escaleras de mi casa --en Majadas-- y cantarle el ‘Bella ciao’ a mi madre, con tanta emoción que hasta ella terminó entre lágrimas», relata.

«El rodaje fue una locura, tanto los actores como el equipo técnico derrochan solidaridad, es un ambiente muy bueno». La primera semana de estreno ya la habían visto 35.000.000 de hogares en el mundo. A raíz de ello, Carlos Suárez continúa igual en su vida. «Cuando salgo de fiesta a veces me piden fotos, pero mi día a día está igual. Es muy fuerte el cariño que transmite toda la gente, de todos los lugares del mundo. Es brutal el fenómeno de la serie».

A partir de ahora, el futuro del cacereño está en la capital, donde continuará formándose y, a poder ser, delante de las cámaras.