La decisión del gobierno municipal de no continuar adelante con el proyecto anunciado hace dos meses de abrir una subinspección de la policía local con 30 agentes en Aldea Moret no gusta a los vecinos. En un barrio donde el paro azota con fuerza y en el que hay voces que creen más prioritario resolver el problema de desempleo, los residentes consultados por este diario coinciden en afirmar que la presencia policial con algo más que una oficina para tramitar denuncias sería una buena solución para quitar a Aldea Moret la etiqueta de barrio conflictivo e inseguro.

En esta dirección opinan la mayor parte de los vecinos, que creen que el anuncio que realizó en octubre el concejal de Seguridad, Valentín Pacheco, debe cumplirse, máxime cuando se trata de una promesa que no es nueva. Desde hace ya 15 años se anunció la puesta en marcha de un cuartelillo conjunto de las policías local y Nacional, que nunca llegó a ver la luz. La oficina que ahora se quería convertir en subinspección y que atenderían 30 agentes, situada en la calle Río Tíber, se cerró en el 2003 y tras reabrir de manera intermitente, lleva sin funcionar casi dos años, sin que se le haya dado una solución definitiva.

Sin el Bloque C

Aunque los residentes consultados aseguran que Aldea Moret no es un barrio peligroso, sí tienen claro que un cuartelillo podría venir muy bien para incrementar la vigilancia en esta barriada en la que tuvo que clausurarse el Bloque C de la calle Ródano al convertirse en un nido para el tráfico de drogas y la marginalidad.

Sin embargo, algunos vecinos consideran necesario cualquier medida que fomente la seguridad y echan en falta mayor presencial policial en las calles. En cualquier caso, la decepción por que el gobierno local no cumpla con el compromiso anunciado es prácticamente mayoritaria, mientras otras opiniones insisten en que tampoco sería fundamental que la dotación fuese de 30 agentes como se anunció, ya que con un número menor podría ser suficiente para dar cobertura. Una promesa que no deja indiferente a nadie.