Varias ventanas y marcos han sido arrancados para vender el material; las calderas y lavadoras han desaparecido; el suelo está lleno de ropa esparcida sacada de los armarios, cristales rotos, defecaciones, orines, restos de hogueras y escombros; no queda un mueble en pie; las pintadas cubren las paredes y hay un olor nauseabundo. Esta es la imagen que presenta el antiguo centro de menores García de Paredes, situado en El Vivero, que fue cerrado hace dos años por Bienestar Social. La Consejería de Educación, titular actual del recinto, presentó ayer una denuncia ante el juzgado por el lamentable estado en el que los gamberros han dejado las instalaciones.

"En breve comenzaremos las obras para crear sobre este centro un nuevo colegio público. Es cierto que los objetos de valor habían sido trasladados, y que al fin y al cabo el inmueble se remodelará por completo, pero hay que denunciar los destrozos", explicó ayer la directora provincial de Educación, Emilia Guijarro.

EL PERIODICO accedió al interior en compañía de un empleado de la consejería que estaba instalando nuevas cerraduras, proceso que ha repetido varias veces en los últimos tiempos. "Ahora no hay nadie, pero los gamberros siempre acaban entrando. La policía los echa y vuelven de nuevo", subrayó. Dentro, una imagen desoladora: estanterías oxidadas por los suelos; puertas caídas; grifos, lavabos y baldosines arrancados; una colección de residuos por doquier... "Espero que estos malos tragos queden atrás con la creación del nuevo colegio. Tendrá 6 unidades de Primaria y 12 de Secundaria", señaló Guijarro.

UN MILLON DE EN REFORMAS

El proyecto es inminente. El consejo de gobierno de la Junta tiene prevista hoy su aprobación por 1.045.000 euros (174 millones de pesetas). Dispondrá de 450 plazas para atender esta zona en expansión y aliviar la masificación del colegio El Vivero. Será inaugurado una vez iniciado el próximo curso (los niños de 1º de Infantil estrenarán el centro, pero comenzarán las clases en otro recinto).