NACIERON EN OCTUBRE 2002

COMPONENTES JOSE ANGEL SANCHEZ (TROMBON), JOSE MANUEL GARCIA (TROMPETA), JACINTO SANCHEZ (GUITARRA/BANJO), ANTONIO LUIS SUAREZ (PIANO), MARCO ANTONIO GARCIA (CLARINETE/SAXO), ENRIQUE TEJADO (CONTRABAJO/BAJO) E IMANOL FALQUE (BATERIA)

Son siete jóvenes de entre 24 y 35 años y forman parte del catálogo de bandas cacereñas que buscan abrirse un hueco en el panorama musical. Se conocieron en el conservatorio y han apostado por un nuevo proyecto con el que, afirman, han tenido más suerte fuera que dentro de la ciudad. Dixieland Jazz Band ha ofrecido un puñado de conciertos en Cáceres y ya ha podido ya llevar su arte al Febrero Musical celebrado en la localidad alicantina de Cox y al Festival de Jazz de Badajoz en los años 2003 y 2004.

--¿Qué les movió a montar la banda musical?

--José A. Sánchez: Buscábamos hacer una música que gustara y tuviera una proyección. Nuestro estilo no está explotado.

--¿Cuál es su nexo de unión?

--Antonio Luis Suárez: La mayoría hemos estado en el Conservatorio de Cáceres, la escuela municipal y formamos parte de la banda de la diputación.

--¿En qué quieren diferenciarse de otros grupos similares?

--Jacinto Sánchez: Tocamos el jazz de inicios de siglo. Es un jazz mucho más sencillo, más asequible y para el público. Nos caracterizamos por nuestra versatilidad porque además ofrecemos conciertos didácticos a alumnos de colegios.

--¿Qué ofrecen al público?

--J. A. S.: Hacemos pasacalles, algo que pueden hacer pocos grupos como el nuestro. El jazz empezó en la calle.

--¿Cómo se las arreglan para ensayar si faltan locales?

--A. L. S.: Tenemos suerte porque contamos con el de la banda de la diputación. Está bien que los grupos reclamen locales pero falta una base. Sin escuelas es como empezar la obra por el tejado. Aún hay poco apoyo a los grupos. Si quieren que salgan músicos, hay que abrirles camino y facilitarles que toquen en sitios.

--¿Cuál es su principal ilusión?

--J. A. S.: Conseguir tocar este estilo de música como queremos, con naturalidad y soltura, sentirnos orgullosos y llevar el jazz al mayor número de locales que podamos.