El hombre que emparedó a su hermana en un piso de la calle Ródano no la mató. Así se resuelve en el auto dictado por el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Cáceres, que ante los resultados de la investigación y los informes, determinantes en el sentido de que no hubo crimen y que la muerte de Aurora Pascual Recuero se debió al consumo de drogas, ha acordado archivar el caso.

Se da así por finalizada la instrucción judicial que se inició hace ya seis meses, a raíz de un suceso que conmocionó a la sociedad cacereña. Una mujer que llevaba desaparecida desde diciembre era localizada por la policía, sobre las 13.00 horas del 20 de abril, emparedada en un receptáculo de 110 centímetros de largo, por 55 centímetros de ancho y 60 de alto, construido con ladrillos y argamasa en una habitación de su vivienda, situada en el cuarto piso del bloque C de la calle Ródano.

Por el presunto asesinato de Aurora fueron detenidos su hermano, Zósimo Pascual, y la novia de éste, Purificación García, que, aunque reconocieron que la emparedaron, siempre negaron haberle provocado la muerte, asegurando que había muerto de sobredosis. Tras pasar quince días en prisión ella y casi un mes él, ambos quedaron en libertad provisional, pendientes de los resultados de los informes forenses, que ahora parecen haber confirmado su versión.

CONCLUSION Al respecto, en el auto judicial se recoge que tras la práctica de la autopsia y la recepción de todos los resultados, "teniendo en cuenta la dificultad que supone el examen y el estudio de un cadáver en avanzado estado de putrefacción", los médicos forenses del Instituto de Medina Legal de Cáceres informan que del estudio criminalístico de las ropas "no existen restos sugerentes de violencia ni la utilización de armas blancas o arma de fuego". Determinan, asimismo, que "tampoco el examen externo e interno del cadáver indica la existencia de traumatismos, ni de mecanismos de defensa o lucha".

En base a los citados informes de los médicos forenses, así como al resto de los recabados por el Juzgado durante la investigación, se concluye que la muerte de Aurora Pascual "es coincidente con la versión de los detenidos, excluye la existencia de lesiones traumáticas derivadas de fracturas, arma blanca o arma de fuego, y sugiere que el consumo/abuso de drogas a las que Aurora Pascual era adicta es el desencadenante de la muerte".

Y aun reconociendo que la conducta de los imputados "no es la más adecuada para quien nada tiene que ver con la muerte de Aurora Pascual", el juez insiste en la "inexistencia de signos indicativos de la menor violencia", así como en el hecho de que "no se ha encontrado móvil alguno, ni de tipo económico, ni de ningún otro tipo", para acordado el "sobreseimiento provisional" de la causa "al no resultar debidamente justificada la perpetración del delito que la ha motivado", concluye.