Pastor Ortiz llegó ayer tarde a trabajar porque su tarjeta de residente no funcionaba. Su caso fue más allá y es que la policía no le permitía acceder porque ayer conducía el coche de un familiar y al no coincidir la matrícula con los datos que guarda el chip de su tarjeta los agentes se lo prohibieron. "Llevo 40 minutos esperando. Estoy desesperado, es el coche de mi hijo y no me abren porque dicen que este coche no está autorizado. Les enseño mi tarjeta y nada". Tras un largo tiempo de enfado y discusión, logró acceder, pero eso sí, con media hora de retraso.