Los vecinos de Moctezuma reclaman una solución para el sinhogar que duerme en sus calles. Actualmente se ha instalado en la esquina entre Atahualpa y Caupolicán pero anteriormente ya estuvo justo en la puerta de la parroquia de Guadalupe y en el parque situado enfrente. Tiene unos 60 años y llegó a la capital cacereña hace cuatro, desde Murcia, donde dice que tiene familia.

A diario se pasea por la ciudad y recoge electrodomésticos, ropa, mobiliario y basura que va acumulando en el lugar en el que duerme. En este tiempo no ha generado ningún conflicto en la barriada, pero la presencia de la basura incomoda a los vecinos porque puede generar infecciones. «De vez en cuando se limpia la zona pero vuelve a acumularlo», señala el presidente del colectivo vecinal, Julián Herrera.

La parroquia de Guadalupe ha intenado ayudarle en varias ocasiones. A través del párroco, Tino Escribano, consiguieron que se le expidiera la tarjeta sanitaria para que le fuera prescrita la medicación que necesita. Y lograron que se le realizara un estudio sobre su situación para poder incapacitarlo e internarlo en un centro. Lo han intentado hasta en dos ocasiones, en cambio los servicios jurídicos estiman que está en pleno uso de sus facultades mentales. Y, sin una orden judicial, no se le puede internar.

Por mediación del Instituto Municipal de Asuntos Sociales (Imas), que realiza un seguimiento a este sinhogar desde hace años, consiguieron que pasara una temporada en el centro psiquiátrico de Plasencia. Después en el Centro Vida de Cáritas, en la capital cacereña, donde llegó a vivir un año. Pero un día decidió marcharse y nunca regresó.

«Le hemos ayudado en lo que hemos podido, tanto nosotros como el ayuntamiento, que se ha interesado mucho, pero si él no quiere no podemos hacer nada», se lamenta Tino Escribano. Hace años el párroco llegó a escribir un artículo en este diario en el que criticaba que la justicia impidiera dar una solución a esta persona. «Los perros vagabundos tienen sus derechos mejor garantizados que ciertas personas», decía y suscribe ahora.