Sí, los niños quieren tener voz y voto en la cosa pública. Posiblemente les avale el derecho más que a nadie porque, para bien o para mal, serán herederos de sus consecuencias. El Movimiento Junior, una asociación infantil y juvenil que lleva décadas trabajando en los barrios de Cáceres y en algunos municipios extremeños, ha realizado una serie de propuestas a los partidos que concurrirán a las elecciones del 26-M, «para favorecer el respeto y desarrollo de los derechos y deberes de la infancia, especialmente de los sectores más desfavorecidos, y potenciar su consideración como personas».

Su objetivo prioritario es el desarrollo de una «política integral» que promueva la educación en valores a través de un plan que haga a los menores protagonistas y responsables en todos aquellos aspectos de la vida que les afectan. Para ello, «sería conveniente crear la Concejalía de Infancia. Junto al Consejo Municipal del Menor, ambos deben ser los órganos coordinadores de todos los servicios municipales y concejalías que tengan algo que ver con la infancia», subraya David Cambero, presidente del Movimiento Junior de Extremadura. Además, la relación de propuestas incluye una Comisión de Infancia, «donde los niños puedan manifestar sus necesidades y aspiraciones a todos los niveles». Asimismo, se plantea una participación directa de los centros educativos a través de una asamblea, y una Jornada de Infancia en Cáceres.

De igual modo, el colectivo propone fomentar el asociacionismo infantil, apoyando a los grupos que trabajan con este sector y sobre todo a los que lo hacen con menores en situación de riesgo y marginales o con discapacidades. En este sentido, reclama una línea de ayudas específicas.

En sucesivas campañas electorales, el Movimiento Junior también viene demandando un estudio sociológico sobre la realidad de la infancia y la adolescencia en Cáceres y Extremadura. Asimismo, pide mantener el apoyo económico y social a las familias en las que, por su situación laboral, no estén satisfechas las necesidades básicas del niño (desahucios, higiene, alimentación, habitabilidad de la vivienda, estudios, comedor y transporte escolar).

Del mismo modo, el colectivo propone crear las ‘Escuelas de Padres’ como medio para encauzar la situación de familias desestructuras o con problemas, así como mejorar el plan de lucha contra el absentismo y el fracaso escolar (ojo a los inmigrantes), y asegurar el plan de vigilancia de la violencia de género entre adolescentes y jóvenes.

Además, propone seguir potenciando los recursos existentes (pabellones, casas de cultura en todos los barrios...), especialmente durante los fines de semana, para contenidos de creciente interés entre los adolescentes como talleres de informática e internet, música, natación...

También plantea fomentar las actividades culturales como cine o teatro adecuadas a sus intereses y capacidad económica; permitir que los propios chavales gestionen los espacios de creación joven; construir más paseos y carriles bicis; diseñar más y mejores parques con zonas verdes, agua potable y zonas de patinaje, sobre todo en los barrios más deprimidos o en expansión; promover el uso del transporte público y la bicicleta; y realizar más y mejores campañas de prevención contra drogas, alcohol o salas de juegos de azar.