El recorte de tarjetas siempre ha sido una demanda de los vecinos de la parte antigua, que veían cómo se saturaban las plazas y calles centenarias, y la restricción perdía así todo su sentido, mientras ellos sufrían las molestias en primera persona. Por tanto se muestran satisfechos con la reducción de los pases, aunque aseguran que de momento no se aprecia todo lo que se debiera. "Hay varias obras en la zona y el ayuntamiento está siendo más permisivo con estos vehículos para evitar problemas en los accesos. Caldereros, por ejemplo, tiene hasta doble fila a las nueve y cuarto de la mañana", explica la directiva vecinal, que confía en que la situación se acabe normalizando cuando finalicen los trabajos.