A Flora Beltrán, de 81 años y en silla de ruedas, no le fallan las fuerzas para superarse aunque sea jugando a los bolos. Su ejemplo de superación fue ayer uno entre los más de 3.000 que dieron los participantes en la quinta edición de la Convivencia de Mayores de Extremadura, organizada por las consejerías de Bienestar Social y de Cultura en la Ciudad Deportiva a pesar del tiempo desapacible y la amenaza de lluvia.

Atletismo, petanca, soga, lanzamiento de jabalina o tiro a puerta fueron las principales disciplinas que practicaron sobre el césped y el tartán los integrantes de los 54 centros extremeños de mayores que acudieron a la convocatoria lúdica, unos animando a sus compañeros y otros compitiendo. Aunque la participación por especialidades estuvo muy repartida, la petanca ocupó buena parte del terreno de juego de la Ciudad Deportiva, donde la organización dispuso en primer lugar el desfile de todos los participantes encabezados por la antorcha olímpica.

Un espectáculo de zancudos y fuegos artificiales dio paso a las competiciones, entre las que también destacó el tiro de soga por la fuerza que exhibieron sus integrantes. Otros optaron por deportes en los que la habilidad era pieza fundamental. Juan Martín-Sauceda, de 80 años y residente en el centro de mayores Alonso de Mendoza de Don Benito, fue uno de los especialistas en petanca, una afición tardía tras haber dejado el taxi: "Para ser un buen jugador hay que quedarse cerquita de la bola, pero delante", explicó. Pero su pasión es el baile, que practica en la residencia. "Lo bueno de esta convivencia es, sobre todo, que se conoce a gente", aseguró.

Un futbolista tardío

Para otros mayores como Gregorio Rodríguez, un antiguo empleado de la fábrica de La Casera en Mérida, ha sido la primera vez. Con 68 años se dispone a lanzar media docena de tiros a puerta para poner a prueba su puntería. Aunque no ha sido futbolista, lleva a su nieto al estadio Romano para no perder el gusanillo .

Para Olga Vera, animadora sociocultural del centro de día Trajano en Mérida, el trabajo es bien distinto. Tiene que motivar a los suyos para que muevan músculos. Y bien que lo consiguen mientras ella les marca el ritmo. Hombros, brazos, cintura en una coordinación casi perfecta en grupo. "Estar en la convivencia para los mayores significa participar, saber que están todavía en la sociedad y también demostrar lo que se hace en los centros", subraya.

En el club practican gimnasia de mantenimiento en diferentes niveles, además de otras actividades para mantenerse activos. "Es la mejor profesora que hemos tenido. Llevo tres años con ella y hacemos muchas actividades", dicen en el grupo mayoritariamente femenino que sigue los pasos de Olga.

El mensaje de Leonor Flores, consejera de Bienestar Social, también quiso transmitir "la ilusión y la buena acogida" que la convivencia deportiva tiene todos los años, informa Europa Press. "Son claros ejemplos de mayores que están física y mentalmente activos". Ayer lo demostraron de nuevo.