Dormir intramuros mirando las altas estancias en las que soñaron nobles y caballeros. Amanecer entre las piedras de un palacio forjado con las riquezas llegadas de América. Descansar bajo los artesonados de un gran recinto medieval, levantado cuando Cáceres entraba en un nuevo periodo histórico tras la Reconquista. Tres palacios de la Ciudad Monumental ya han iniciado las obras, o avanzan los trámites para ello, a fin de transformarse en alojamientos singulares por su ubicación en espacios llenos de historia.

Atrio pretende iniciar este mismo mes la restauración del palacio de los Paredes-Saavedra (XIV-XVI), en la calle Ancha, donde habilitará once suites a escasos metros de su Relais & Chateaux, que dará cobertura a las mismas. Hace apenas un mes se presentó otro proyecto para la creación de un hotel de lujo de 72 habitaciones en el gran palacio de Godoy, junto a la iglesia de Santiago, un proyecto millonario de una firma internacional peruana que incluye la puesta en valor de otros recintos próximos. Y en tercer lugar, la Congregación de Misioneros de la Preciosa Sangre ultima la puesta a punto de un albergue, un restaurante y un espacio social y cultural con centro de interpretación en la casa de los Vargas-Figueroa (siglo XVIII), justo en el corazón intramuros.

La fuerte apuesta de Atrio o la participación de importantes firmas como la familia Koplowitz en el hotel palacio de Arenales y de la familia Palazuelo al frente de Godoy, confirman que Cáceres, primer conjunto monumental del país, consolida su garra como destino turístico en el que se arriesgan inversiones millonarias.