Mueve sus manos con tal soltura, que la aguja aparece y desaparece con vértigo entre los colores de la laboriosa mantelería que tiene entre manos. Trabaja avalada por la experiencia de más de treinta años de profesión aunque con la vitalidad del primer día. Reconoce el esfuerzo diario, que justifica en la satisfacción del trabajo bien hecho.De profesión, bordadora... Sí. Hago trabajos de costura artesanal, fundamentalmente bordado a mano, deshilados y trajes regionales, tanto bordados como picados. Llevo dedicada a esta tarea de manera profesional desde el año 69. Con tan sólo 22 años, y empujada por las circunstancias de la vida, tuve que encauzar mi trayectoria profesional en este sentido. Mi abuela me enseñó a coser siendo muy pequeña, después estuve en el taller de un vecino, Julián Rico, cosí para Oropesa... Con el tiempo he ido perfeccionando esos conocimientos con paciencia, imaginación y humildad, pues si he tenido algún fallo lo he intentado solucionar. ¿Quién es tu principal clientela?Trabajo para gente de Madrid, incluso para gente de México, uno de mis últimos clientes concretamente, también gente de París... además de personas de la zona y de la provincia. Los clientes son hombres y mujeres, aunque son las mujeres, entre 40 y 50 años, las que con frecuencia vienen con sus hijas a encargar el ajuar, aunque de palabra estas jóvenes no aprecien ni valoren la artesanía del bordado. Son muchos los que vienen a mi casa en busca de un regalo de artesanía.¿Cuáles son tus principales encargos? Trabajo sobre todo mantelerías, juegos de toallas, cortinas de deshilado, colchas... y en el caso de los trajes regionales, lo que más me encargan son refajos.La artesanía del bordado requiere tiempo. ¿Cuántas horas dedicas diariamente a esta tarea? Coser requiere mucho tiempo, y es difícil calcular las horas que dedico a un trabajo, porque no sólo se trata de hacer, sino que, a veces, para que quede bien también hay que deshacer. La jornada normal para mí comienza a las 9 de la mañana y muchas veces es la una de la noche y todavía no he soltado la aguja. ¿Es la artesanía del bordado un trabajo bien pagado? No, no es un trabajo bien pagado. A veces, el cliente no valora el tiempo, ni el trabajo, ni la calidad de las materias empleadas. Yo como de esto y por tanto no me conviene hacerlo mal, por eso, son muchas las horas que dedico a este oficio. ¿Cuáles son las cualidades principales de una bordadora?La primera es la paciencia. También son importante la imaginación y la creatividad, cualidades que a mi entender van juntas con la inteligencia .Pero sobre todo, se precisa sentirlo, que guste la costura.¿Recuerdas tus primeras lecciones de costura? Lo recuerdo perfectamente. Tenía siete años, y me iba con unas vecinas al depósito viejo del agua dónde la gente se reunía para coser, como era muy pequeña, no atendía y me entretenía machando con piedras los dedales y perdiendo las agujas. Pero mi abuela, insistía en que debía aprender a coser, parecía que ella estaba adivinando que algún día yo viviría de ello. Peraleda es un pueblo con importante tradición en la artesanía del bordado ¿quizás por su proximidad a Lagartera, considerada la cuna de estas labores? Peraleda ha sido un pueblo con importante tradición en las labores de costura. En este pueblo se ha cosido mucho, sin embargo, es una tradición que se va perdiendo, la gente prefiere buscar otros trabajos. La costura tiene que gustar, porque no son muchos los ingresos que se obtienen de este trabajo. Hay que mover mucho la aguja para sacarse el sueldo.¿Piensas que con el tiempo será una artesanía que se pierda? Creo que con el tiempo, la costura se perderá. Los jóvenes no quieren aprender, y tampoco sienten mucho gusto por ello. La aguja es muy sacrificada, y hoy en día, se buscan otros medios para ganarse la vida. ¿Cuál sería la solución para intentar evitar que se pierdan tradiciones como la artesanía del bordado? Fomentar el gusto por estas cosas, darlas a conocer a las nuevas generaciones, porque sólo es posible valorar lo que se conoce, y, ante todo, enseñar a la gente joven el importante tesoro que esconde la artesanía del bordado. La artesanía es cultura, y la cultura hay que cuidarla.