Cuando un equipo lleva tres derrotas consecutivas y cuatro jornadas sin conocer la victoria hundido en el pozo, da igual cómo rompa la mala racha lo importante es que la rompe. Eso fue lo que hizo el Moralo CP ante el débil Ciudad de Plasencia. El juego fue lo de menos, sólo aceptable en algunas fases del encuentro, lo verdaderamente crucial era sumar los tres puntos para reforzar la deteriorada confianza. Y eso fue relativamente fácil, aunque antes de respirar hondo tras el pitido final, los moralos pasaron ciertos apuros, más por erorres propios que por aciertos de los rivales. Los placentinos, cuando fueron por debajo en el marcador, gozaron de dos claras ocasiones para marcar que desperdiciaron porque se toparon con las buenas intervenciones de Romero. Los verdes se las prometieron muy felices cuando prácticamente en su primera llegada al área contraria marcaron con un pase en profundidad de Emilio Gil sobre Willy que éste supo convertir en gol quitándose de en medio al portero y a un defensa para marcar a puerta vacía. A partir de ahí los locales se durmieron y a punto estuvieron de sufrir un serio disgusto.

En la segunda parte el Ciudad de Plasencia desapareció por completo, sobre todo después de quedarse con un hombre menos. El Moralo, que dominó de largo, desperdició acciones, a bocajarro, de Emilio Gil y Willy antes de que Oliver y Jonathan estableciesen el resultado definitivo. El 2-0 fue polémico porque los jerteños reclamaron a los moralos que tiraran el balón fuera por estar Jesús lesionado tendido sobre el césped en medio campo. La jugada continuó, unos defendiendo y otros atacando, y acabó en gol.