El bar-restaurante La Mina pertenece a Concepción Escribano desde diciembre del año pasado. A partir de esa fecha, esta manchega, afincada en Navalmoral, invierte la mayor parte de su tiempo es este negocio, ofreciendo a los clientes una gran variedad de raciones, bocadillos y tablas. Entre las especialidades de la casa podemos degustar las migas, el pisto, la caldereta, el pollo al ajillo, arroz con patatas y bacalao o el tiznao, todo ello aderezado con un inconfundible sabor manchego.Uno de los platos más curiosos es el tumbalobo, o lo que es lo mismo, tomate natural muy picante gracias a un toque secreto que Concepción prefiere guardarse.En La Mina también se organizan todo tipo de celebraciones, como bautizos, cumpleaños o reuniones, y se venden comidas por encargo. Ahora con la llegada del calor, lo ideal es sentarse en la terraza y disfrutar de la oferta especial: una tabla pequeña de queso, lomo, chorizo o jamón acompañado de una jarra de cerveza, por un precio de seis euros. Este establecimiento también dispone de un comedor aparte, donde se pueden degustar los menús diarios que prepara su propietaria, adaptados a la época del año.