Las tres últimas actuaciones del Cáceres Patrimonio de la Humanidad han levantado serias dudas sobre su defensa: encajó 83 puntos en la pista del Huesca, 89 en casa ante el Marín y 95 el pasado viernes frente al Canoe. Como los dos primeros encuentros se resolvieron con victoria, el problema quedó aparentemente atenuado, pero la derrota en Madrid ha obligado ya a levantar la voz a su entrenador, Roberto Blanco, que recoge el sentir general: como no se proteja mejor el aro, será imposible ganar esta tarde (20.15 horas) a uno de los ‘grandes’ de la LEB Oro, el Melilla.

El choque del Multiusos, adelantado al horario habitual por cuestiones televisivas, llega con el serio problema para los locales de que su pívot norteamericano, Arkeem Joseph, no ha podido entrenar durante toda la semana y es seria duda. «Espero que nos pueda ayudar», aventuró ayer Blanco, que contó que todo es consecuencia de un serio golpe que se dio su jugador en el pabellón de Pez Volador. Tampoco está fino Niko Rakocevic, con dolores cervicales.

«Ha sido una semana muy de concienciación respecto a la defensa, de trabajo táctico para solucionar los errores que no están causando tantos problemas en los últimos partidos. Estamos focalizando en descubrir cómo hemos perdido ese espíritu que teníamos, cómo hemos empezado a dudar», indicó el técnico.

CONTRA CALEB AGADA / Por descontado que ante el Melilla hay que volver a encontrar el camino de la lucha para poder obtener éxito. Es sexto clasificado con un balance de 13-7 y solo una derrota en los últimos ocho encuentros. Ha disputado todas las ediciones de esta competición desde que se creó, en 1996, y suele tener un presupuesto como para poder aspirar a lujos del mercado como Caleb Agada, quizás el jugador más decisivo de la liga con su exuberancia física y recursos técnicos. Los últimos en llegar han sido, ya iniciada la temporada, un ‘4’ abierto abierto, Mirza Bulic, y un ‘5’ muy atlético, Romaric Belemene.

Agada preocupa especialmente a los verdinegros, que no suelen centrarse en la defensa de un solo jugador, pero es que, sostuvo Blanco, «con su estilo agresivo, directo, muy vertical al aro, resulta muy difícil de parar a campo abierto». «Es una plantilla hecha para ascender, con muchos jugadores contrastados», añadió.

«Estamos muy concienciados para mostrar a nuestro público el perfil de equipo guerrero que hemos sido. Son conscientes de los errores que se están cometiendo. Hay autocrítica y todos sabemos que no estamos dando con la tecla exacta», apuntó.

Será el debut en casa de la última incorporación cacereña, Paco del Águila, que intenta hacerse un hueco en la rotación interior. Quizás lo tenga más sencillo para hacerlo hoy si Joseph no está para jugar. Su entrenador está satisfecho de cómo se está adaptando. «Es alguien muy ‘de equipo’. Tiene que asumir ciertas responsabilidades en ataque y tendrá sus momentos importantes en la pista. Es el tipo de jugador que sus compañeros quieren tener al lado», aseguró.

En el otro lado de la balanza está el ataque, que ha mejorado de forma paralela al desplome defensivo. Insospechadamente, el Cáceres se ha convertido en un equipo con muchas amenazas en ataque, incluso incorporando a hombres como Milan Nikolic que hasta ahora habían estado algo erráticos.