El episodio de la noche del viernes en el Multiusos, con el Cáceres-Oviedo retrasándose una hora y 35 minutos por las goteras en varias zonas de la pista, ya se lo temía el club local desde hacía días. En otras ocasiones ya estuvo a punto de ocurrir, pero esta vez se produjo algo que sonrojó a muchos y que estuvo a punto de hacer que el choque se aplazase.

Ñete Bohigas, entrenador local, lo dijo taxativamente cuando pasadas las doce y media de la noche compareció ante los periodistas: «Me lo esperaba».

Bohigas mostró un rostro sereno, pese a que era el final de una noche para borrar en todos los aspectos, incluyendo el vapuleo que se llevó su mermadísimo equipo, que solo pudo alinear a siete profesionales (72-97). «Estoy más orgulloso todavía de mis jugadores. Ni he mirado el resultado. No sé ni cómo hemos quedad. Es la primera vez en mi vida que me pasa», llegó a decir.

NUEVOS RESORTES / «Este partido es para olvidarnos de ello, tener una semana de trabajo, volvernos a reinventar, buscar resortes que no tenemos y nada más. Ni estoy triste ni soy pesimista. Tendremos que buscar otro tipo de juego porque nos faltan referentes ofensivos», indicó en su análisis.

Reconoció además la superioridad de su oponente («han sido y son mejores»), pero apuntó a que la espera y la indefinición sobre si el partido se disputaría «nos ha quitado chispa y energía». «Cuando se nos han ido en el marcador no teníamos lo suficiente para intentar remontar. Pensaba que podíamos estar más en el partido, pero no ha sido posible», agregó.

El mejor de los suyos, Pol Olivier, que con 21 puntos firmó su anotación más alta desde que llegó, ofreció una lectura más amarga. «Sabe mal jugar de esta manera, y perder de esta manera. Toca seguir. Es lo que hay. Somos pocos y estamos luchando contra las adversidades. A veces sale bien y otras mal. No podemos estar muy contentos», comentó en declaraciones que distribuyó el propio club. En ellas sostiene que «hemos intentado que la situación no nos afectara del todo, pero no hemos empezado bien», apuntó el base.

DISCULPAS DE MARCO / Otra declaración llamativa fue la de Carles Marco, el entrenador del Oviedo, que llegó a pedir disculpas a los aficionados que acudieron al Multiusos. Según confirmó, fueron los propios jugadores los que pactaron que hubiese partido finalmente, pese a que su integridad física peligraba por algún posible resbalón. «Al principio era peligroso jugar, pero se ha decidido hacerlo. Es cierto que la perspectiva de jugar el día siguiente o de venir otro día tampoco era buena. La saludo es lo primero, pero se ha hecho el esfuerzo de ir secando la pista», manifestó.

Sobre el encuentro en sí, declaró: «Sabíamos que teníamos que jugar a un buen nivel de intensidad para ganarlo. En la primera parte hemos estado muy acertados en ataque y en el tercer cuarto hemos dado un paso adelante en defensa».