El crédito de Agustín Izquierdo en el banquillo del Extremadura está casi finiquitado. El preparador azulgrana puede estar viviendo sus últimas horas como entrenador del equipo de Almendralejo tras el empate inesperado en casa ante Las Palmas Atlético del pasado domingo (1-1). Pese a que el conjunto azulgrana es octavo clasificado a solo tres puntos del líder Écija, la confianza en el preparador de Campillo de Llerena se ha perdido. El deprimente juego del equipo del pasado domingo despertó la ira del público, que rompió con una pitada monumental sobre el banquillo con el gol del empate de los canarios.

Izquierdo ya comentó en sala de prensa que a él no le tocaba valorar una posible destitución y que buscaran en otras parcelas las respuestas. Éstas no han llegado desde la cúpula directiva. De momento se guarda mutismo, aunque de puertas hacia dentro se reflexiona sobre el posible relevo en el banquillo. Las causas son varias.

La primera y de mayor peso es la falta de sintonía de Agustín Izquierdo con la grada del Francisco de la Hera. El extremeño ha tenido que vivir siempre a la sombra de la proeza cosechada por Juan Sabas el pasado año con su remontada para la permanencia. Tras su destitución, ya fueron muchos los que no aprobaron la llegada de Izquierdo alegando el doble fracaso que arrastraba por sus no ascensos de Tercera a Segunda B en Almendralejo.

CONSEVADOR / La segunda razón, menos importante, ha sido el juego del equipo. A Izquierdo se le ha tachado siempre en Almendralejo como un técnico «conservador» y en los partidos como local ha podido penalizarle. Los tres últimos encuentros caseros ante San Fernando, Granada B y Las Palmas Atlético han sido tres calcos. Gol del Extremadura y repliegue en defensa para esperar a la contra. En los dos partidos anteriores, el Extremadura jugó con fuego y estuvo a punto de ser empatado. En el tercero, se quemó. Los pitos al juego ya se iniciaron antes incluso del gol de Las Palmas Atlético.

Otra de las razones de peso ha podido radicar en la falta de confianza de jugadores importantes en el equipo. El caso más conocido es el de Airam Cabrera, que públicamente habló de las dudas del juego con anterioridad. En el último encuentro, el mejor del delantero canario, Izquierdo volvió a sustituirle y este hecho generó otra pitada monumental de la grada.

El ambiente con el entrenador se encuentra ya tan enrarecido en los partidos de casa que la directiva sabe que no le queda otra solución que cortar por lo sano y romper la cuerda por el lado más débil. La otra opción sería darle una oportunidad más en el choque del próximo domingo ante el El Ejido (18.00 horas). Pero sería una auténtica final.

Mientras se deshoja la margarita con el entrenador, la plantilla disfruta de dos días de descanso antes de regresar mañana a los entrenamientos. Falta saber si habrá nuevo jefe sobre la chapa o se prolonga el crédito de Izquierdo, cuya misión, aparte de ganar, es la de convencer a una afición que le ha sentenciado casi desde el principio.