Es un tipo muy querido entre la hinchada del Cacereño. Ya lo fue como futbolista por su estilo sacrificado y discreto y ahora, tras dirigir a Ciudad de Plasencia y Miajadas, ha regresado en el papel de ayudante de Angel Marcos. Pero a Aitor Bidaurrázaga el destino le ha puesto al frente del equipo: su jefe sufrió el jueves una pequeña trombosis en una pierna que le impedirá entrenar hoy y sentarse en el banquillo mañana frente al Arroyo (12.00 horas, Canal Extremadura TV).

Puede ser el derbi de Bidaurrázaga, que llegó a ser compañero del que será su rival en el otro banquillo, Juan Marrero. El lo afronta con aparente normalidad y la calma que le caracterizaba cuando cogía un balón en el centro del campo y buscaba al compañero mejor situado. Eso sí, es un tipo que no se calla: según dijo ayer, El Cuartillo no está para jugar al fútbol y eso condiciona cualquier planteamiento. Y más cuando hay un partido de rugby de las categorías inferiores del CAR de por medio.

"Va a ser determinante. El campo te invita a jugar directo y a descartar el juego combinativo. Buscar mucho la segunda jugada, estar siempre muy intenso. Va a ser algo poco vistoso", afirmó abiertamente, yendo un poco más allá y mostrándose favorable a un aplazamiento. "Es un campo bueno para jugar al rugby, pero no está para el fútbol", apuntó.

Máximo respeto

Bidaurrázaga se mantiene en constante contacto con Marcos, que ayer se sometió a distintas pruebas y al que se le ha recomendado reposo absoluto en su domicilio. Sin embargo, el entrenador quiere estar en El Cuartillo, aunque sea en un segundo plano, y comunicarse con el banquillo para ofrecer instrucciones. Está por ver si lo hará finalmente, pero no sería una situación nueva esta temporada. Hace bien poco, su segundo tuvo que ejercer de primero por sanción de Marcos frente a El Palo y Lucena.

Al menos, el Arroyo es probablemente el equipo al que mejor conoce el Cacereño de todo el grupo IV. Y lo que saben de la escuadra de Marrero resulta inquietante por el tipo de partido que se prevé. "Es cierto que a elos se les da bastante bien el juego directo. Aunque tengan bajas arriba, Willy y Juanfran pueden hacer un buen trabajo en ese sentido. Es un equipo acostumbrado a ello", analizó Bidaurrázaga, que también vio puntos débiles: "también encajan goles". Sobre todo en las segundas partes, en las que el Arroyo ha recibido el 100% de los tantos de esta campaña.

Contra ello, un equipo cuyas bajas son casi las habituales: los dos guineanos (Mansaré está lesionado a Ibra Bangoura le siguen sin llegar los papeles) y José Gaspar, cuyo problema ha degenerado a un edema óseo en una rótula que está dando más guerra de la que se pensaba. Por el contrario, vuelve Checa tras su sanción --lo mismo que Ruano en el Arroyo--, un futbolista clave en el rompe y rasga que se prevé en la matinal dominical.

Como es habitual, Bidaurrázaga --que ayer desayunó con los jugadores, con los que analizó algunos vídeos-- desechó cualquier protagonismo extra. Recordó que su presencia en el banquillo antes no supuso la victoria, aunque sí asumió que se romperá una estadística que caracteriza la temporada de ambos contendientes: ni el Cacereño ha puntuado en casa ni el Arroyo lo ha hecho a domicilio.