«Cuarentena en forma». Así inicia Yolanda Collado, preparadora física del Femenino Cáceres, cada uno de los power point que a diario manda a las jugadoras del equipo de la Liga Reto Iberdrola y también a las del filial de Primera Nacional con los ejercicios que deben hacer en sus casas. Y hoy, viernes 27 de marzo, toca pliometría, un tipo de entrenamiento que consiste en ejercitar saltos con desniveles para mejorar la fuerza del tren interior. Para hacerlos aconseja ayudarse de una silla. Y no precisamente para sentarse.

Como hoy es viernes y, siguiendo los que hubiese sido la rutina habitual si la pandemia del coronavirus no hubiese interrumpido todo, tocaría un trabajo con una carga un poco menor pensando ya en el cercano partido del fin de semana. El de este domingo (o quizás sábado) hubiese sido ante el Femarguín en los campos Manolo Sánchez de Pinilla.

«Normalmente teníamos un protocolo de trabajo con entrenamientos martes, miércoles, jueves y viernes y partidos los sábados o domingos. Yo estoy intentando asemejar los entrenamientos en casa a las rutinas que solíamos hacer», dice Yolanda, Yoli. Todo, claro, con las lógicas limitaciones de tener que hacerlo encerrados en casa y con los materiales que se tienen a mano.

Los lunes serían de gimnasio, sesión de recuperación, y en eso inciden los entrenamientos que Yoli manda a las jugadoras. Los martes había sesión doble y así sigue siendo. «Por la mañana, gimnasio, y por la tarde, preparación física en campo». Lo adapta, claro, pero con una premisa clara: «Es un día de más carga».

Los miércoles tocaba sesión de campo normal y Yoli les manda «ejercicios con balón o con pelota, lo que cada una tenga, para que tampoco pierdan la habilidad». Los jueves, trabajos de potencia. Los viernes, un poco más suave. El sábado, si toca jugar el domingo, descanso. Y el día del partido «les mando un entrenamiento que les suponga un poco más de reto, de esfuerzo, que se asemeje un poco a la competición, a los esfuerzos de un partido y al hecho de tener que estar midiéndose y retándose a sí mismas».

El contacto con las jugadoras es diario y continuo. «Son muy profesionales», dice Yoli, que recibe mensajes sobre agujetas y dolores aquí o allí. «Están muy implicadas», añade ella, que predica con el ejemplo y a diario realiza los mismos entrenamientos que manda a sus jugadoras. También lo hacía antes. Su empeño es el mismo a pesar de las dificultades. El objetivo, dice, que el impacto del parón se note lo menos posible.