Hoy me pide el cuerpo hablar de alguien al que admiro especialmente. Quizá mucha gente no le conozca, porque forma parte de un club modesto, pero a mí su trabajo --y los frutos del mismo-- me merecen un crédito infinito. Se llama Jacinto Carbajal, y es el joven entrenador del Iniexsa Cáceres de baloncesto femenino. Jacinto es un hombre, por encima de todo, de club, que se amolda a las circunstancias y se conforma con lo que tiene. Trabaja en condiciones difíciles. Sabe que, con el dinero que hay, tiene que armar un equipo apañadito, al que sin duda saca el máximo rendimiento. Se ha llegado a decir públicamente desde su propio club que hay que ir a por el ascenso a la Liga Femenina, pero eso es complicado. Eso le puede pasar al actual Extremadura Dato de Badajoz, otra entidad que ha dado el paso adelante bajo el liderazgo de otro crack, Fernando Méndez. Están ahí por méritos propios, y disfrutando. Mientras, Jacinto sufre, pero disfruta; no tiene, pero gana.