El desastre de Japón, en alerta por una posible fuga radiactiva en la central nuclear de Fukushima tras el terremoto y el maremoto que azotó el país el pasado viernes, tiene inquieta a la plantilla del Mideba Extremadura, el equipo pacense de División de Honor de baloncesto en silla de ruedas, consciente de la preocupación de su compañero Wataru Horie, el jugador nipón que desde el pasado mes de septiembre milita en las filas del club extremeño.

El desastre pilló al jugador en Suecia, donde disputó con el Mideba la Euroliga 1 consiguiendo clasificarse para la Copa Willi Brinkmann. El club rápidamente se puso a mover su maquinaria y Wataru consiguió hablar con su familia, que vive al otro lado de la isla y no ha sufrido ningún daño.

En el Mideba explican que el jugador, que apenas habla castellano --"está haciendo un gran esfuerzo por aprenderlo y ya empieza a chapurrearlo"--, está tranquilo y animado, "aunque afectado, pues no puede abstraerse de todo lo que está sucediendo en su país. Lo que pasa es que son una cultura muy peculiar y lleva la preocupación por dentro, sin exteriorizarla", afirma Javier Pérez, responsable de prensa del club.

Después de una pequeña odisea para volver de Suecia --hasta ayer no lo hizo cuando el resto de la plantilla llegó a España el lunes-- Wataru se incorporó a los entrenamientos del equipo para preparar el partido de mañana ante el Once Andalucía (Pabellón Nuria Cabanillas, 18.00 horas).

Wataru, procedente de Illinois, no está rindiendo al nivel esperado en el Mideba Extremadura, reconoce Pérez, que reconoce que saben de la dificultad de adaptarse al juego del equipo y a la liga, aunque ahora, con su país en alerta máxima, deberán ser un poco más comprensibles.

Por otro lado, el Mideba ya conoce a sus rivales de la Copa Willi Brinkmann, que se disputa del 28 de abril al 1 de mayo en Toledo: el CS Meaux, el Leopards de Guyenne Bordeaux, ambos de Francia, y el GSD Porto Torres, de Italia. Aunque antes, el 26 y 27 de marzo, disputa la Copa del Rey.