Durante el 2015, la Fundación Banco de Alimentos de Badajoz entregó casi 2,4 millones de kilos de alimentos procedentes tanto del Fead como de otras entidades que realizan aportaciones. A día de hoy, su ayuda llega a 25.000 personas a través de las 167 entidades con las que trabaja. No obstante, Carmen de Aguirre, presidenta de este banco de alimentos, apunta que en los últimos meses la cifra de usuarios ha ido cayendo, ya que en enero del año pasado superaba los 30.000. "Poco a poco, pero va bajando", indica.

Desde esta fundación se suministra un surtido de alimentos "que puede durar como un carro grande de supermercado", detalla, y que incluye aceite, leche, café o azúcar, entre otros productos. "Nunca es suficiente, nunca me quedo satisfecha. Nuestra ayuda sirve para pasar quince días, pero la gente come todo el mes", subraya. "Ayudamos a mucha gente, pero no con todo lo que quisiéramos. Nos gustaría que ese carro fuese mucho más completo, tuviese muchas más cosas", incide.

Para facilitar esta ayuda, aclara, "exigimos una transparencia total. Necesitamos que una trabajadora social justifique que esas personas son verdaderamente necesitadas y que están recibiendo la renta básica o no recibiendo nada. Entonces, inmediatamente, atendemos a la asociación que sea".

La crisis no solo ha disparado la cifra de demandantes de alimentos. También ha hecho mella en quienes los aportaban. "Muchas empresas que eran donantes nuestros desde hace muchos años han cerrado. Son muchísimas puertas donde no podemos llamar ahora", cuenta de Aguirre.

Eso hace aun más necesario el apoyo que reciben de las instituciones públicas y que este año no ha llegado todavía. "De momento no hemos recibido nada, pero tenemos las expectativas de que nos van a respetar lo mismo que otros años. A ver si las subvenciones nos llegan pronto, porque ya vamos apuradillos. Hay productos que no se nos dan en cantidad suficiente, como leche, latas de conserva, aceite,... y que llevamos mucho tiempo sin poder comprar porque no hay dinero".