La asamblea general de socios de Caja Rural de Extremadura eligió ayer en Mérida a Román Prieto como nuevo presidente de esta entidad financiera con un abrumador porcentaje de votos. De los 6.980 contabilizados, Prieto obtuvo 6.081 (un 87,1% del total), un apoyo muy por encima del cosechado en otras elecciones precedentes (en las dos anteriores ocasiones, se había elegido presidente con 3.200 y 3.900 votos).

La candidatura de Prieto había recibido el plácet de la Junta de Extremadura, al considerar el gobierno regional que este abogado puede ser la persona adecuada para frenar la absorción de la entidad extremeña por parte de Caja Rural del Sur (ambas entidades forman parte de un Sistema Institucional de Protección --SIP-- denominado Grupo Cooperativo Ibérico). En este sentido, el consejero de Economía, Antonio Fernández, se congratuló ayer de la claridad del resultado, obtenido a pesar de "tener en contra al consejo rector y de las presiones de Caja Rural del Sur para que los empleados no ejerciesen su derecho al voto".

MOVILIZACION DE LA PLANTILLA La movilización de los empleados permitió conseguir numerosas delegaciones de votos correspondientes a pequeños accionistas de la Caja, impositores que no suelen desplazarse hasta las asambleas. Por eso, el consejero felicitó a toda la plantilla y al comité de empresa de Caja Rural de Extremadura "porque han luchado para que el atropello que intentaban cometer no se haya llevado a efecto y han demostrado que en absoluto quieren la fusión".

Sin embargo, Fernández sí criticó que ayer mismo por la mañana, justo antes de la asamblea, fueran nombrados dos directores generales en Caja Rural de Extremadura, algo que calificó de "demencial". De uno de ellos, "el representante de Caja Rural del Sur en Caja Rural de Extremadura", aseguró que es la persona que "auténticamente decide y que extorsiona, amenaza y tiene amedrentado al personal de la Caja".

Si bien reconoció que ya "es muy complicado" dar marcha atrás en el proceso de integración en Grupo Cooperativo Ibérico, sí que incidió en la necesidad de evitar una absorción. De materializarse, adujo, "de 18 o 20 plazas del nuevo consejo de administración, a Caja Rural de Extremadura le darían dos. Perderíamos completamente su identidad".